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Virgo Triunfans

De la mañana venía
y a la mañana iba;
era de la mañana
y la mañana era.

Jugaban a ser mañana,
y en el balón del día
la mañana iba entera.
Eran dos: ella y la mañana.

Nueve y veinte en la mañana,
en un reloj sin tiempo,
una mañana eterna.

Luz y perla en el día,
sol y plata en sus ojos
muertos en la mañana.



De: La noche de Santa Inés


MANUEL PONCE




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