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        EFRAÍN BARTOLOMÉ



Crezco al borde del cielo. Lo sé bien. Soy de tierra. Soy de agua. Soy de un húmedo barro pegajoso y oscuro. Lo sé bien. Ardo.
 Mi biografía avanza entre renglones que sólo la luz mastica. Pongo en el aire un grito. Deshojo mis palabras en el Abismo. Caigo con ellas. ¡Qué bien arden en el fuego sagrado estas letras del Nombre impronunciable!

Foto: Guadalupe Belmontes Stringel