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Los días delirantes

Flamea el topacio de tus cabellos.
Nunca volverás a los días delirantes
en que tensabas disparando al viento
mis sueños de muchacha.
Y yo siempre lejos de ti
revolcando ocho veces al mar en las jibas del tiempo.

Ayer,
cuando el temblor de tu roce
trastornaba todas las galaxias.
Témpanos de luz flotan aún en la memoria.
En este trance
la luz apresada en el cristal bermellón de un vaso
ruega por todas las mujeres
que murieron dentro de mí.



De: Antología nueva


ENRIQUETA OCHOA




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