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25 poemas aleatorios en audio | |
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Nocturno de San Ildefonso (fragmento final)
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Octavio Paz Por Octavio Paz | |
Inventa la noche en mi ventana otra noche, otro espacio: fiesta convulsa en un metro cuadrado de negrura.Momentáneas confederaciones de fuego,nómadas geometrías, números errantes. Del amarillo al verde rojo se desovilla la espiral. Ventana: lámina imantada de llamadas... | |
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Entrevista de prensa
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Rosario Castellanos Por Rosario Castellanos | |
Pregunta el reportero, con la sagacidad que le da la destreza de su oficio: ¿por qué y para qué escribe? Pero, señor, es obvio. Porque alguien (cuando yo era pequeña) dijo que la gente como yo, no existe. Porque su cuerpo no proyecta sombra, porque no arroja peso en la balanza,... | |
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Aquí
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Octavio Paz Por Octavio Paz | |
Mis pasos en esta calle Resuenan en otra calle dondeoigo mis pasos pasar en esta calle donde Sólo es real la niebla. De: Días hábiles | |
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El ruiseñor
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Alberto Blanco Por Alberto Blanco | |
Ella soñó hace mucho tiempo este mismo sueño musical. Ahora lo traigo a la memoria. El camino estaba bordeado de estrellas, los lirios pesaban en plena noche y ella me sugería la silueta de un ciprés estremecido. Del túnel vimos salir a la luna seguida de otras máquinas brillantes... | |
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De algo estamos confesándonos...
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Tomás Segovia Por Tomás Segovia | |
De algo estamos confesándonos emocionadamente hijos si en un agua tan limpiamente fraternal bogamos. Nunca se cierra del todo nuestra diferencia, una ironía de nuestra igualdad la tiene siempre en vilo, y hasta cuando estamos sometiendo al otro nunca hemos olvidado nuestra lengua común... | |
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Las vírgenes del sueño
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Manuel Ponce Por Manuel Ponce | |
Las vírgenes arrastran una sombra, habitan una sombra. No podrían arrastrar otra cosa. Las vírgenes sin esclavinas llevan contorno de fluidos, galvanizada sombra. Pero ya nimbo, sombra misma, la sombra de su sombra: cosa limpia. Pasan de vez en cuando, tangentes de la rosa y el querube, por un relieve de celistias... | |
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Piraustas
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Jorge Fernández Granados Por Jorge Fernández Granados | |
Mariposas blancas que viven en el fuego. Quienes las han visto encienden a altas horas de la noche una fogata y esperan su llegada con paciencia venatoria. Contemplan las lenguas espirales de la invocación. No siempre aparece, justo en medio de la hoguera, el diminuto planeo de una pareja... | |
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Para entonces
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Manuel Gutiérrez Nájera Por Rosa Furman | |
Quiero morir cuando decline al día, en alta mar y con la cara al cielo; donde parezca sueño la agonía, y el alma, un ave que remonta el vuelo. No escuchar en los últimos instantes, ya con el cielo y con el mar a solas, más voces ni plegarias sollozantes que el majestuoso tumbo de las... | |
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La cena
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Griselda Álvarez Ponce de León Por Griselda Álvarez Ponce de León | |
La cena es el desliz es la agonía la postrera oración orgasmo y luto un cerrar de cortinas como el fruto del debe y el haber de cada día la última mirada se vacía sobre el mantel de blancos impoluto hermano de color mortaja en bruto símbolo más allá de la alegría... | |
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Hipótesis del solitario
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Rosario Castellanos Por Rosario Castellanos | |
Una cotorra, un timbre postal, un gato, un perro, algún espantapájaros cualquiera, alguien que, si recibe una dosis de amor, no segregue anticuerpos, no cree resistencias sino que simplemente asimile. Asimile sin intoxicaciones peligrosas y sin alteración de su naturaleza. Y luego,... | |
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Primero sueño (fragmento)
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Sor Juana Inés de la Cruz Por Ofelia Medina | |
Pero apenas la bella precursora signífera del Sol, el luminoso en el Oriente tremoló estandarte, tocando al arma todos los suaves si bélicos clarines de las aves (diestros, aunque sin arte, trompetas sonorosos), cuando como tirana al fin, cobarde, de recelos medrosos embarazada,... | |
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La ciudad inocente
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Thelma Nava Por Thelma Nava | |
Ciudad antropófaga ¿por qué caminas en nosotros y te mueves como una bestia que la sombra confunde? Te desperezas en todos los habitantes que te identifican en esa cierta debilidad por el otoño, hábilmente disimulada. Nada puedes hacer cuando te derriban el último sueño... | |
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Paso de sombras
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Víctor Sandoval Por Víctor Sandoval | |
Montes de orégano en la noche crecen y se diluyen en la madrugada. Un árbol es la torre de la iglesia. Voltear la carga y aromar el aire. En silencio los pájaros escuchan. Andar como sonámbulos entre cerros; despuntar de mañana: Es la estrella en el polvo erizada de espinas. Es la... | |
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Niña
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Octavio Paz Por Octavio Paz | |
Entre la tarde que se obstina y la noche que se acumula hay la mirada de una niña. Deja el cuaderno y la escritura todo su ser dos ojos fijos. En la pared la luz se anula. ¿Mira su fin o su principio? Ella dirá que no ve nada. Es transparente el infinito. Nunca sabrá que lo miraba... | |
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Los surfeadores
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Fabio Morábito Por Fabio Morábito | |
Miro a los surfeadores con envidia: ellos se saben atener a su propósito, suspenden sus pasiones, se simplifican donde el mar se descorteza, saben el arte de no gravitar, o gravitar lo mínimo, y encuentran el camino menos arduo. En todo, a lo mejor, hay un camino así, hay una línea de menor fricción... | |
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Apedreamiento
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Oscar Oliva Por Oscar Oliva | |
Cuando levanto una piedra arranco al mundo una mirada y lo hago más ligero de la muerte. Siento que me muevo hacia el sol. Algo se me queda de esa mirada. Y tras ella va la piedra que levanto... | |
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La poesía
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Salvador Novo Por Salvador Novo | |
Para escribir poemas, para ser un poeta de vida apasionada y romántica cuyos libros están en las manos de todos y de quien hacen libros y publican retratos los periódicos, es necesario decir las cosas que leo, esas del corazón, de la mujer y del paisaje, del amor fracasado y de la... | |
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La septuagésima sexta
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Alejandro Aura Por Alejandro Aura | |
de dónde nace el fuego vasta luz basta candente luz déjame pensar de dónde cómo he de sacar en claro nada entre tanta claridad de la rajada primera del oculto corte del medio de la carne de mujer ya sé de dónde de un ojo que puede construir lo que no ve... | |
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Noche del trópico
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José Juan Tablada Por Aurora Molina | |
En la fúnebre bóveda no brillan las estrellas, y sin embargo estriado de tenebrosas huellas sobre el profundo abismo la luz es móvil nata do apenas un Erebo de sombra se desliza, y en esa temblorosa película de plata en perlas se deshace la ola que se riza... | |
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Que consuela un celoso epilogando la serie de los amores
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Sor Juana Inés de la Cruz Por Laura Castanedo | |
Amor empieza por desasosiego, solicitud, ardores y desvelos; crece con riesgos, lances y recelos; susténtase de llantos y de ruego. Doctrínanle tibiezas y despego, conserva el ser entre engañosos velos, hasta que con agravios o con celos apaga con sus lágrimas su fuego... | |
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Ola
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Alí Chumacero Por Alí Chumacero | |
Hacia la arena tibia se desliza la flor de las espumas fugitivas, y en su cristal navega el aire herido, imperceptible, desplomado, oscuro como paloma que de pronto niega de su mármol idéntico el estío o el miedo que en silencios se apresura y sólo huella fuese de un viraje,... | |
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Cuando sepas hallar una sonrisa
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Enrique González Martínez Por Enrique Lizalde o Gastón Melo | |
Cuando sepas hallar una sonrisa en la gota sutil que se rezuma de las porosas piedras, en la bruma, en el sol, en el ave y en la brisa; cuando nada a tus ojos quede inerte, ni informe, ni incoloro, ni lejano, y penetres la vida y el arcano del silencio, las sombras y la muerte... | |
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Epílogo
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José Juan Tablada Por Sergio de Alva | |
A qué obstinarse en proseguirla en vano...? Ya terminó la Feria de la Vida, A la paz y el estudio me convida Una luz al crepúsculo encendida En el viejo Convento franciscano... ¡La plaza está desierta Y es triste la partida Sobre el crujir de la hojarasca yerta Al terminar la Feria de la Vida!... | |
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Después
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Amado Nervo Por Alí Chumacero | |
Te odio con el odio de la ilusión marchita. ¡Retírate! He bebido de tu cáliz, y por eso mis labios ya no saben dónde poner su beso; mi carne, atormentada de goces, muere ahíta. Safo, Crisis, Aspasia, Magdalena, Afrodita, cuanto he querido fuiste para mi afán avieso. ¿En dónde hallar... | |
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Nariz
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Griselda Álvarez Ponce de León Por Griselda Álvarez Ponce de León | |
Si equidistante un punto no se mueve y a la mitad de tu rostro determina la total expresión por masculina sobresale mas bien por con su relieve si la emoción te clava o te conmueve se ensanchan sus aletas o se afina el perfil si tu olfato discrimina el aire duro de la dicha breve... | |
