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25 poemas aleatorios en audio

 
   Consejos de un padre a su hija Consejos de un padre a su hija de Poesía náhuatl

   Poesía náhuatl
      Por Enrique Lizalde (español) y Lino Balderas (náhuatl)    
primeros versos

Aquí estás, mi hijita, mi collar de piedras finas, mi plumaje de quetzal, mi hechura humana, la nacida de mí. Tú eres mi sangre, mi color, en ti está mi imagen. Ahora recibe, escucha: vives, has nacido, te ha enviado a la tierra el Señor Nuestro, el Dueño del cerca y del junto, el hacedor de la gente...

 
   Cirabel Cirabel de Homero Aridjis

   Homero Aridjis
      Por Homero Aridjis    
primeros versos

Cirabel llego siempre a tu aposento con una confusión de bocas y una zozobra de hombre a traerte la ofrenda cotidiana de mis manos huecas Más o menos cuando la ceniza de la noche se derrama sobre tus pupilas igual que ante una ciudad inerme Anudado tu grito de silencio...

 
   Lámina sirva el Cielo al retrato... Lámina sirva el Cielo al retrato... de Sor Juana Inés de la Cruz

   Sor Juana Inés de la Cruz
      Por Ofelia Medina    
primeros versos

PINTA LA PROPORCIÓN HERMOSA DE LA EXCELENTÍSIMA SEÑORA CONDESA DE PAREDES, CON OTRA DE CUIDADOS, ELEGANTES ESDRÚJULOS, QUE AÚN LE REMITE DESDE MÉJICO A SU EXCELENCIA. Lámina sirva el Cielo al retrato, Lísida, de tu angélica forma: cálamos forme el Sol de sus luces; sílabas las...

 
   Entiendo Entiendo de Eduardo Zambrano

   Eduardo Zambrano
      Por Eduardo Zambrano    
primeros versos

Entiendo que este día nadie va a llamar. Ni los más caros deseos, ni esas fantasías que me han acompañado todo este tiempo. Sencillamente estaré solo y está bien. Entiendo que ya no tendrá sentido fingir...

 
   El Tajín El Tajín de Efraín Huerta

   Efraín Huerta
      Por David Huerta    
primeros versos

Andar así es andar a ciegas, andar inmóvil en el aire inmóvil, andar pasos de arena, ardiente césped. Dar pasos sobre agua, sobre nada el agua que no existe, la nada de una astilla , dar pasos sobre muertes, sobre un suelo de cráneos calcinados. Andar así no es andar sino quedarse sordo...

 
   Amanecer Amanecer de Rosario Castellanos

   Rosario Castellanos
      Por Rosario Castellanos    
primeros versos

Qué se hace a la hora de morir? ¿Se vuelve la cara a la pared? ¿Se agarra por los hombros al que está cerca y oye? ¿Se echa uno a correr, como el que tiene las ropas incendiadas, para alcanzar el fin? ¿Cuál es el rito de esta ceremonia? ¿Quién vela la agonía? ¿Quién estira la sábana?...

 
   Noche y nieve Noche y nieve de José Emilio Pacheco

   José Emilio Pacheco
      Por José Emilio Pacheco    
primeros versos

Me asomé a la ventana y en lugar de jardín hallé la noche enteramente constelada de nieve La nieve hace tangible el silencio y es el desplome de la luz y se apaga La nieve no quiere decir nada: Es sólo una pregunta que deja caer millones de signos de interrogación sobre el mundo...

 
   Cabellera del canto (II) Cabellera del canto (II) de Homero Aridjis

   Homero Aridjis
      Por Homero Aridjis    
primeros versos

Adelante y atrás hay sombras de árboles la hora arde en el suelo el azul y el verde instauran un reino de aire elevado y claridad extendida instante tras instante hay un brillo en el agua colores del misterio en el esplendor se hunden y se alejan en ríos de color mudo...

 
   Detente sombra Detente sombra de Sor Juana Inés de la Cruz

   Sor Juana Inés de la Cruz
      Por Ofelia Medina    
primeros versos

QUE CONTIENE UNA FANTASÍA CONTENTA CON AMOR DECENTE Detente, sombra de mi bien esquivo, imagen del hechizo que más quiero, bella ilusión por quien alegre muero, dulce ficción por quien penosa vivo. Si al imán de tus gracias, atractivo, sirve mi pecho de obediente acero, ¿para qué me...

 
   Llovizna de abril Llovizna de abril de Enriqueta Ochoa

   Enriqueta Ochoa
      Por Enriqueta Ochoa    
primeros versos

La llovizna de abril desprendió el sueño lila que florecía en la luz de las jacarandas y ardió toda la tarde sobre el rostro gris de la calle como una tierna flama.

 
   Mi prima Agueda Mi prima Agueda de Ramón López Velarde

   Ramón López Velarde
      Por Enrique Lizalde    
primeros versos

Mi madrina invitaba a mi prima Agueda a que pasara el día con nosotros, y mi prima llegaba con un contradictorio prestigio de almidón y de temible luto ceremonioso. Agueda aparecía, resonante de almidón, y sus ojos verdes y sus mejillas rubicundas me protegían contra el pavoroso luto...

 
   Mientras los niños crecen... Mientras los niños crecen... de Jaime Sabines

   Jaime Sabines
      Por Jaime Sabines    
primeros versos

Mientras los niños crecen, tú, con todos los muertos, poco a poco te acabas. Yo te he ido mirando a través de las noches por encima del mármol, en tu pequeña casa. Un día ya sin ojos, sin nariz, sin orejas, otro día sin garganta, la piel sobre tu frente agrietándose, hundiéndose, tronchando obscuramente el trigal de tus canas...

 
   He detenido la respiración... He detenido la respiración... de Rubén Bonifaz Nuño

   Rubén Bonifaz Nuño
      Por Rubén Bonifaz Nuño    
primeros versos

He detenido la respiración para sentir si tú respiras. A la vez has quedado tan presente y lejana. Eterna casi. Fuera del tiempo, sola, sin moverte. Y me llenó el terror incontenible de que te hubieras ido; de que te hubieras muerto en sueños, y me hubieras dejado entre los brazos...

 
   Mientras penetro en ti... Mientras penetro en ti... de Tomás Segovia

   Tomás Segovia
      Por Tomás Segovia    
primeros versos

Mientras penetro en ti Sonámbula Dentro de ti está un yo Penetrando una tú Los veo claramente ahora (También yo tengo cerrados los ojos). De: Figuras y melodías De la primera parte: El dios oscuro 4 de Motivos seculares

 
   Piraustas Piraustas de Jorge Fernández Granados

   Jorge Fernández Granados
      Por Jorge Fernández Granados    
primeros versos

Mariposas blancas que viven en el fuego. Quienes las han visto encienden a altas horas de la noche una fogata y esperan su llegada con paciencia venatoria. Contemplan las lenguas espirales de la invocación. No siempre aparece, justo en medio de la hoguera, el diminuto planeo de una pareja...

 
   Homenaje Homenaje de Griselda Álvarez Ponce de León

   Griselda Álvarez Ponce de León
      Por María Teresa Aviña    
primeros versos

Homenaje? Cada día recojo mis cenizas sin darme cuenta de mi decadencia exenta de quejumbre o de dolencia asumiendo el trabajo con más prisas. ¡Qué bien estás! -me dicen con sonrisas las compañeras de mi adolescencia. No respondo igual, porque en conciencia, al revisarlas, están hechas trizas...

 
   Los días delirantes Los días delirantes de Enriqueta Ochoa

   Enriqueta Ochoa
      Por Enriqueta Ochoa    
primeros versos

Flamea el topacio de tus cabellos. Nunca volverás a los días delirantes en que tensabas disparando al viento mis sueños de muchacha. Y yo siempre lejos de ti revolcando ocho veces al mar en las jibas del tiempo. Ayer, cuando el temblor de tu roce...

 
   Responso del peregrino Responso del peregrino  de Alí Chumacero

   Alí Chumacero
      Por Alí Chumacero    
primeros versos

Yo, pecador, a orillas de tus ojos miro nacer la tempestad. Sumiso dardo, voz en la espesura, incrédulo desciendo al manantial de gracia; en tu solar olvida el corazón su falso testimonio, la serpiente de luz y aciago fallecer, relámpago vencido en la límpida zona de laúdes que a mi maldad despliega tu ternura...

 
   Propósito Propósito de Gilberto Owen

   Gilberto Owen
      Por Claudio Obregón y Óscar Chávez    
primeros versos

Todavía mis ojos, por tus ojos, en tu alma, como el día del encuentro; que el amor, como siempre, nos presida, pero ya nunca lo nombraremos. Mejor la insensatez de nuestra efímera voz sonando en lo eterno, puestos en entredicho tus románticos, dueña, la Geometría, del sendero. Luego...

 
   La siesta de la rosa La siesta de la rosa   de Manuel Ponce

   Manuel Ponce
      Por Manuel Ponce    
primeros versos

Pobre de mí, que sé lo que es la rosa, éxtasis en los páramos del día: lo que es la llama, pero llama fría, lo que más huye cuanto más se acosa! Siempre que surjan vidas de la fosa y se repueble la melancolía de nuevos ángeles de poesía, la rosa es la culpable, por hermosa...

 
   Bella dama sin piedad Bella dama sin piedad de Rosario Castellanos

   Rosario Castellanos
      Por Rosario Castellanos    
primeros versos

Se deslizaba por las galerías. No la vi. Llegué tarde, como todos, y alcancé nada más la lentitud púrpura de la cauda; la atmósfera vibrante de aria recién cantada. Ella no. Y era más que plenitud su ausencia y era más que esponsales y era más que semilla en que madura el tiempo:...

 
   Anatomía superficial Anatomía superficial de Griselda Álvarez Ponce de León

   Griselda Álvarez Ponce de León
      Por Griselda Álvarez Ponce de León    
primeros versos

Oreja, mano, brazo, pierna, ojo, tu mitad que se ajusta con la mía en la superficial anatomía donde corren tu audacia y mi sonrojo. Para la sed, en tu belleza mojo los ojos insolados de alegría y convencida de mi paganía el árbol del asombro te deshojo. Apariencia no más. Por dentro...

 
   Antes del reino Antes del reino de Homero Aridjis

   Homero Aridjis
      Por Homero Aridjis    
primeros versos

Es tu nombre y es también octubre es el diván y tus ungüentos es ella túla joven de las turbaciones y son las palomas en vuelos secretos y el último escalón de la torre y es la amada acechando el amor en antemuros y es lo dable en cada movimiento y los objetos y son los pabellones y el no estar del todo en una acción...

 
   Viajes en avión Viajes en avión de Jaime Labastida

   Jaime Labastida
      Por Jaime Labastida    
primeros versos

Qué alegría decidir qué beber, cómo morir, por qué, y en dónde. Quisiera morir, así, bajo un gran árbol. Desearía ser quemado; que mis cenizas irritaran, polvo, los ojos de la que amo; que fueran sólo la mancha en un libro pasados los años. Podría morir aquí, sin duda. No todo sitio es bueno...

 
   Aire Aire de Xavier Villaurrutia

   Xavier Villaurrutia
      Por Alberto Dallal    
primeros versos

El aire juega a las distancias: acerca el horizonte, echa a volar los árboles y levanta vidrieras entre los ojos y el paisaje. El aire juega a los sonidos: rompe los tragaluces del cielo, y llena con ecos de plata de agua el caracol de los oídos. El aire juega a los colores...