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25 poemas aleatorios en audio | |
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Noche rústica de Walpurgis
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Manuel José Othón Por Claudio Obregón y Gastón Melo | |
Coge la lira de oro y abandona el tabardo, descálzate la espuela, deja las armas que para esta vela no has menester ni daga, ni tizona. Si tu voz melancólica no entona ya sus himnos de amor, conmigo vuela a esta región que asombra y que consuela; pero antes ciñe la triunfal corona... | |
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Muerte del hombre
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Alí Chumacero Por Alí Chumacero | |
Si acaso el ángel desplegara la sábana final de mi agonía y levantara el sueño que me diste, oh vida, un sueño como ave perdida entre la niebla, igual al pez que no comprende la ola en que navega o el peligro cercano con las redes; si acaso el ángel frente a mi dijera la ultima... | |
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El himno de los bosques
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Manuel José Othón Por Eduardo Lizalde | |
En este sosegado apartamiento lejos de cortesanas ambiciones, libre curso dejando al pensamiento, quiero escuchar suspiros y canciones. ¡El himno de los bosques! Lo acompaña con su apacible susurrar el viento, el coro de las aves con su acento, con su rumor eterno la montaña... | |
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Te quiero a las diez de la mañana
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Jaime Sabines Por Jaime Sabines | |
Te quiero a las diez de la mañana, y a las once, y a las doce del día. Te quiero con toda mi alma y con todo mi cuerpo, a veces, en las tardes de lluvia. Pero a las dos de la tarde, o a las tres, cuando me pongo a pensar en nosotros dos, y tú piensas en la comida o en el trabajo... | |
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Poema del film
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Eduardo Langagne Por Eduardo Langagne | |
Este poema no es un film. Por eso no ven la playa ni una adolescente que se moja los pies. Ni su piel asoleada, morena. No es un video. Por ello no está grabada la sonrisa de la madre que cuida a su pequeño en la arena. No verán la carrera de esos dos jovencitos hacia el sol... | |
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Tinta negra
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Carmen Alardín Por Carmen Alardín | |
La noche asesina sus pulpos frente a ti. Mientras tú, inerme, impávido, impotente, utilizas únicamente su tinta para escribir las letras del día que vendrá... | |
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El proscrito
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Alí Chumacero Por Alí Chumacero | |
Agua reverdecida, la palabra que fue apariencias turba nuevamente: catástrofe encima de la cal, ávida vid que apresurada cae de vuelo a onda a eterna superficie hendiendo el demorado ardor de la quietud. Donde el hastío los naufragios cubre, su exhalación levanta en vendaval... | |
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Jaguar
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Jorge Fernández Granados Por Jorge Fernández Granados | |
Su amartillada garra tiene un diseño seducido por la elegancia de la muerte. El fondo de sus ojos es un ascua y en él se demora el aviso de otra ley: para que algo sea creado, algo debe ser destruido. Todo lo que nace mata. Ordena alumbramientos su emboscada ira, su total simiente predadora... | |
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Prólogo al lector
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Sor Juana Inés de la Cruz Por Meche Pascual o Virginia Manzano | |
Estos versos, lector mío, que a tu deleite consagro, y sólo tienen de buenos conocer yo que son malos, ni disputártelos quiero ni quiero recomendarlos, porque eso fuera querer hacer de ellos mucho caso. No agradecido te busco: pues no debes, bien mirado, estimar lo que yo nunca... | |
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La torcaza
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Juan Domingo Argüelles Por Juan Domingo Argüelles | |
La torcaza volaba y tú la contemplabas. Era luz en la luz del mediodía, calor en el calor de la mañana, aire en el aire y tú la contemplabas. Tú la veías y eras libre, porque la libertad de ver se aprende, porque ser libre de mirar se aprehende como el río a cantar aprende de los... | |
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Hoy como nunca
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Ramón López Velarde Por Enrique Lizalde | |
Hoy como nunca, me enamoras y me entristeces; si queda en mí una lágrima, yo la excito a que lave nuestras dos lobregueces. Hoy, como nunca, urge que tu paz me presida; pero ya tu garganta solo es una sufrida blancura, que se asfixia bajo toses y toses, y toda tu una epístola de... | |
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Volver a casa
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Alejandro Aura Por Alejandro Aura | |
Un día abandonaremos la ciudad de México; la dejaremos en pie y desierta para que las conjeturas crezcan, y nos iremos a fundar en otra parte nuestras maravillas. El jueves en la mañana despertamos alegres, llenos de sueños... | |
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Lo pregunto
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Nezahualcóyotl Por Carmen Feito Maeso | |
Yo Nezahualcóyotl lo pregunto: ¿Acaso de veras se vive con raíz en la tierra? No para siempre en la tierra: sólo un poco aquí. Aunque sea de jade se quiebra, aunque sea de oro se rompe, aunque sea plumaje de quetzal se desgarra. No para siempre en la tierra: sólo un poco aquí... | |
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Movimiento nocturno
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Oscar Oliva Por Oscar Oliva | |
Cuando estoy dormido la ciudad encoge uñas, hasta el cielo cruje. Tanto es el estremecimiento que acontece que hasta en sueños veo que la ciudad no se ha movido de su lugar. Sólo cuando me despierto encuentro mi cuerpo de cabeza, mi cama en la cocina, mi casa en un monte... | |
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Hierba
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Carmen Boullosa Por Carmen Boullosa | |
Allá va la hierba que creció sin tocar tierra. Va la que no conoció el lodo ni el seco craquelar sin lluvia. Pasa en flor, sobre la ráfaga. Pasa silbante. Blandida o aventada como arma o herramienta. No sabe pesar porque nunca ha pesado. Al volar no duerme ni descansa. Hierba sin nombre, hierba perra... | |
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Eso me basta
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Amado Nervo Por Enrique Rambal | |
Este libro tiene muchos precedentes, tantos como gentes habrán sollozado por un bien amado, desaparecido, por un gran amor extinguido. Tal vez muchos otros lloraron mejor su dolor que yo mi inmenso dolor, quizá (como eran poetas mayores) había en sus lágrimas muchos más fulgores..... | |
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Que es el canto de los pájaros...
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Jaime Sabines Por Jaime Sabines | |
Qué es el canto de los pájaros, Adán? Son los pájaros mismos que se hacen aire. Cantar es derramarse en gotas de aire, en hilos de aire, temblar. Entonces los pájaros están maduros y se les cae la garganta en hojas, y sus hojas son suaves, penetrantes, a veces rápidas. ¿Por qué?,... | |
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La noria
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Jaime Torres Bodet Por Jaime Torres Bodet | |
He tocado los límites del tiempo. Y vuelvo del dolor como de un viaje alrededor del mundo... Pero siento que no salí jamás, mientras viajaba, de un pobre aduar perdido en el desierto. Caminé largamente, ansiosamente, en torno de mi sombra. Y los meses giraban y los años como giran... | |
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Falsa elegía
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Rosario Castellanos Por Carmen Farías | |
Compartimos sólo un desastre lento Me veo morir en ti, en otro, en todo Y todavía bostezo o me distraigo Como ante el espectáculo aburrido. Se destejen los días, Las noches se consumen antes de darnos cuenta; Así nos acabamos. Nada es. Nada está. Entre el alzarse y el caer del párpado... | |
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Nocturno del Mississippi
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Efraín Huerta Por Efraín Huerta | |
En estos precisos momentos todo momento es bello. Por ejemplo: que los jóvenes negros se amen a la orilla del río, bajo el ruinoso techo del Heads Bridge, y que su risa sea del color de la carne y de su espesa piel. Que se amen larga y estrechamente al amparo del cielo, como se... | |
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Sombría imagen
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Alí Chumacero Por Alí Chumacero | |
Como el fúnebre aire desciende por las noches sobre los árboles, irrumpes fiel, devastadora y ciega; pueblas así de nubes y de dolientes rosas la soledad ardida del deseo y esa callada tierra de mis ojos mirando la quietud, lívida arena donde el pensamiento yace sosegado... | |
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Tardío aprendizaje
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Elías Nandino Por Elías Nandino | |
Para soportar estos años aciagos, amargos, de apretado silencio en soledad sin muros, he tenido que aprender a platicar a solas, a sufrir sin queja, a llorar sin llanto y a crearme, en las quemantes noches de los insomnios vagabundos, la dócil compañía de mi almohada, haciéndola que... | |
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Quinta avenida
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José Juan Tablada Por Sergio de Alva | |
Mujeres que pasáis por la Quinta Avenida tan cerca de mis ojos, tan lejos de mi vida... ¿Soñáis desnudas que en el baño os cae áureo Jove pluvial, ¡como a Danae!... o por ser impregnadas de un tesoro, al asalto de un toro de oro tendéis las ancas como Pasifae? ¿Sobáis con... | |
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Señalaremos...
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Tomás Segovia Por Tomás Segovia | |
Señalaremos, al azar tal vez, días especiales consagrados a celebrar el esplendor de nuestro lecho, lugar donde la guerra se derrota a sí misma, donde tú te abres y yo no me cierro, donde los luchadores saben por fin que luchando se hablan y se pertenecen... | |
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Llagado de su mano
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Gilberto Owen Por Claudio Obregón y Óscar Chávez | |
La ilusión serpentina del principio me tentaba a morderte fruto vano en mi tortura de aprendiz de magia. Luego, te fuiste por mis siete viajes con una voz distinta en cada puerto e idéntico quemarte en mi agonía. Lascivia temblorosa de las tardes de lluvia cuando tu cuerpo balbucía... | |
