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25 poemas aleatorios en audio | |
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Canto (VII)
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Mario Bojórquez Por Mario Bojórquez | |
Sólo nombraste el bosque que te vistió de niño Su alegre arboladura Su tenebra de musgo Por eso es que volver Regresar en el soplo ardiente En la escama de vidrio de tus ojos No puede ya salvarte No entregarás tu espada capitán abatido No te dará un pañuelo esa mano No limpiarás tus... | |
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Neblilúnea
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Thelma Nava Por Thelma Nava | |
Sabías que una muchacha desnuda canta como una botella que se arroja al mar? ¿Lo sabías? Escúchame cantar como a un árbol lacustre en el centro de Neblilúnea. A la orilla de tu sangre, en tu terrestre compañía. Neblilúnea, la ciudad descubierta por nosotros conoce tu pasado y el mío... | |
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Elegía a un compañero muerto en el frente
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Octavio Paz Por María Rosa Gallo | |
Has muerto, camarada, en el ardiente amanecer del mundo. Has muerto. Irremediablemente has muerto. Parada está tu voz, tu sangre en tierra. Has muerto, no lo olvido. ¿Qué tierra crecerá que no te alce? ¿Qué sangre correrá que no te nombre? ¿Qué voz madurará de nuestros labios que no diga tu muerte... | |
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A lo mismo
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Sor Juana Inés de la Cruz Por Guadalupe (Pita) Amor | |
Bello compuesto en Laura dividido, alma inmortal, espíritu glorioso, ¿por qué dejaste cuerpo tan hermoso? ¿Y para qué tal alma has despedido? Pero ya ha penetrado en mi sentido que sufres el divorcio riguroso porque el día final puedas gozoso volver a ser enteramente unido... | |
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Julito (2)
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Jaime Sabines Por Jaime Sabines | |
Mamá, tengo la barriga llena de hambre, dice. Y la mamá ríe y le trae la leche. Al rato, ya dormido, se sobresalta y mueve los brazos y las piernas. La mano de la madre le acaricia la espalda, se queda quieto. En su plácido rostro el corazón descansa. Vienen las estrellas en aviones... | |
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Epitafio del hipócrita
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Rosario Castellanos Por Rosario Castellanos | |
Quería y no quería. Quería con su piel y con sus uñas, con lo que cambia y cae; negaba con sus vísceras, con lo que de sus vísceras no era aserrín, con todo lo que latía y sangraba en sus entrañas. Quería ser él y el otro. Siamés partido a la mitad, buscaba la columna de hueso para... | |
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Redención de la noche
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Marco Antonio Montes de Oca Por Marco Antonio Montes de Oca | |
Tórnase la noche imperdonable crimen Cuando a solas, de espaldas al estío, Osamos contemplarla. Es crimen y es imperdonable Aunque los pájaros de piedra Sean todavía pisapapeles Para que la fe y el vigor, En la quinta estación, Nunca se nos vuelen. No importa que en la devota mano Germinen las bengalas... | |
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Patria traicionada
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Jaime Augusto Shelley Por Jaime Augusto Shelley | |
Hilo tan delgado casi siempre se rompe. Suelo tan ligero cualquier sobresalto devora. Costra seca que sin desear anda desnuda. Ombligo roto y vuelto a pegar. Agua que nunca se detuvo. Entrañable amor que es pesadumbre: Miedo si se está despierto. Fiebre en primavera, cuando empiezan... | |
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El naufragio
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Gilberto Owen Por Claudio Obregón y Óscar Chávez | |
Esta mañana te sorprendo con el rostro tan desnudo que temblamos; sin más que un aire de haber sido y sólo estar, ahora, un aire que te cuelga de los ojos y los dientes, correveidile colibrí, estático dentro del halo de su movimiento. Y no hablas. No hables, que no tienes ya voz de... | |
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Propósito
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Gilberto Owen Por Claudio Obregón y Óscar Chávez | |
Todavía mis ojos, por tus ojos, en tu alma, como el día del encuentro; que el amor, como siempre, nos presida, pero ya nunca lo nombraremos. Mejor la insensatez de nuestra efímera voz sonando en lo eterno, puestos en entredicho tus románticos, dueña, la Geometría, del sendero. Luego... | |
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Dolor
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Enrique González Martínez Por Enrique Lizalde o Gastón Melo | |
Mi abismo se llenó de su mirada, y se fundió en mi ser, y fué tan mía, que dudo si este aliento de agonía es vida aún o muerte alucinada. Llegó el Arcángel, descargó la espada sobre el doble laurel que florecía en el sellado huerto... Y aquel día volvió la sombra y regresé a mi nada... | |
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La materia deshecha
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José Emilio Pacheco Por Carmen Feito Maeso | |
Vuelve a mi boca, sílaba, lenguaje que lo perdido nombra y reconstruye. Vuelve a tocar, palabra, el vasallaje con tu propio fuego te destruye. Regresa, pues, canción, hasta el paraje en donde el tiempo acaba mientras fluye. No hay monte o muro que su paso ataje: lo perdurable, no el instante, huye... | |
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Eso me basta
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Amado Nervo Por Enrique Rambal | |
Este libro tiene muchos precedentes, tantos como gentes habrán sollozado por un bien amado, desaparecido, por un gran amor extinguido. Tal vez muchos otros lloraron mejor su dolor que yo mi inmenso dolor, quizá (como eran poetas mayores) había en sus lágrimas muchos más fulgores..... | |
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Definiciones
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Eduardo Langagne Por Eduardo Langagne | |
Ella está hecha a semejanza de las cosas que amo. Se parece a la noche, o mejor: a una noche sin ausencias. Ella es exacta. Cuando la noche escurre, su cuerpo se humedece. Me permite trepar por mis temblores y agitar su nombre desde la oscuridad. Ella es irrepetible... | |
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La septuagésima sexta
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Alejandro Aura Por Alejandro Aura | |
de dónde nace el fuego vasta luz basta candente luz déjame pensar de dónde cómo he de sacar en claro nada entre tanta claridad de la rajada primera del oculto corte del medio de la carne de mujer ya sé de dónde de un ojo que puede construir lo que no ve... | |
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A la música de una joven intérprete
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Manuel Ponce Por Manuel Ponce | |
Por el cielo que tocas y el que adivinas en tus exploraciones de adolescente, vas con finos avances cruzando el puente de las cosas humanas a las divinas. Ceguera de este lado, viejas espinas, tristes conversaciones de diente a diente; del otro lado, vicisitud sonriente y delicados tópicos en que tú opinas... | |
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El pobre
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Rosario Castellanos Por Rosario Castellanos | |
Me ve como desde un siglo remoto, como desde un estrato geológico distinto. Del idioma que algunos atesoran le dieron de limosna una palabra para pedirle su pan y otra para dar gracias. Ninguna para el diálogo. El domador, con látigo y revólveres, le enseña a hacer piruetas... | |
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Ifigenia Cruel (III)
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Alfonso Reyes Por Alfonso Reyes | |
Cabra de sol y Amaltea de plata que, en la última ráfaga, suspiras aire de rosas, palabras de liras, sueño de sombras que los astros desata; al viejo Dios leche difusa y grata, y, del reflejo mismo en que te miras, hacendosa hilandera, porque estiras en hebra y copos el vellón... | |
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No es una desgracia abrir los ojos...
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Rubén Bonifaz Nuño Por Rubén Bonifaz Nuño | |
No es una desgracia abrir los ojos ni tener despiertos los deseos y estar triste y solo y pensando. Y no ser de aquellos que consiguieron su placer a ciegas para cegarse; su televisión después del cine, sus bailes, su ruido, sus limonadas; pero que a la medianoche se sientan, pesados... | |
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El cuento de nunca acabar
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Carmen Alardín Por Carmen Alardín | |
Aquí me tienes al alcance de tu alma y a merced de tus ojos, protagonista de una historia que no he vivido y que sin embargo se ha eternizado en el tiempo y se ha filtrado dentro de tu piel. He luchado por encontrarte sin darme cuenta que desde hace muchos siglos vivías dentro de mí... | |
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Los ojos verdes
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Alí Chumacero Por Alí Chumacero | |
Solemnidad de tigre incierto, ahí en sus ojos vaga la tentación y un náufrago se duerme sobre jades pretéritos que aguardan el día inesperado del asombro en épocas holladas por las caballerías. Ira del rostro, la violencia es río que despeña en la quietud el valle, azoro donde el tiempo se abandona a una corriente análoga... | |
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La nostalgia
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Rosario Castellanos Por Rosario Castellanos | |
Si te digo que fui feliz, no es cierto. No creas lo que yo creo cuando me engaño. El recuerdo embellece lo que toca: te quita la jaqueca que tuviste, el sopor de la siesta lo transfigura en éxtasis y, en cuanto a ese zapato que apretaba tanto que te impidió bailar el primer baile, no... | |
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Y tu retórica
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Gilberto Owen Por Claudio Obregón y Óscar Chávez | |
Si lo escribió mi prisa feliz, ¿con qué palabras, cómo dije: palomas cálidas de tu pecho ? En sus picos leería: brasa, guinda, clamor, pero la luz recuerda más duro su contorno y el aire el inflexible número de su arrullo. Y diría: palomas de azúcar de tu pecho , si endulzaban el... | |
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El pintor
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Poesía náhuatl Por Enrique Lizalde (español) y Lino Balderas (náhuatl) | |
El pintor: la tinta negra y roja, artista, creador de cosas con el agua negra. Diseña las cosas con el carbón, las dibuja, prepara el color negro, lo muele, lo aplica. El buen pintor: entendido, dios en su corazón, diviniza con su corazón a las cosas, dialoga con su propio corazón... | |
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Sigue el mundo su paso...
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Jaime Sabines Por Jaime Sabines | |
Sigue el mundo su paso, rueda el tiempo y van y vienen máscaras. Amanece el dolor un día tras otro, nos rodeamos de amigos y fantasmas, parece a veces que un alambre estira la sangre, que una flor estalla, que el corazón da frutas, y el cansancio canta. Embrocados, bebiendo en la mujer y el trago... | |
