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25 poemas aleatorios en audio | |
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Mi madre ya no ha ido al mar
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Fabio Morábito Por Fabio Morábito | |
Mi madre ya no ha ido al mar lleva una buena cantidad de años tierra adentro, un siglo de interioridad cumpliéndose. Se ha resecado de sus hijos y vive lejos en toros consanguíneos. Es como una escultura de sí misma y sólo el mar que quita el fárrago acumulado en la ciudad puede... | |
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Días nuevos
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Enriqueta Ochoa Por Enriqueta Ochoa | |
Nuevas vidas vendrán y se acostarán a parir un siglo solar. Nuevos días y nuevas vidas vendrán los días tiernos y verticales las vidas con la humedad del cuerpo futuro sembrando en los predios azules del amor. Las llamaradas salen... | |
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Algunos
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Jaime García Terrés Por Jaime García Terrés | |
Yo no sé muchos nombres de volcanes o selvas; esta parte del mundo para mí representa unas doscientas almas (digo doscientas por decir) que miran a lo lejos de distinta manera cada una con cierto dejo de común azoramiento. Oigo silbar el viento rústico, no rehúyo cantar a nuestra fauna ni soslayo la tierra mitológica... | |
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La felicidad
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Manuel Acuña Por Frank Moro | |
Un cielo azul, dos estrellas brillando en la inmensidad. Un pájaro enamorado cantando en el florestal. Por ambiente, los aromas del jazmín y el azahar. Junto a nosotros, el agua brotando del manantial: nuestros labios, mucho más. Tú levantándote al cielo y yo siguiéndote allá. Ese es... | |
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Desde adentro
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Oscar Oliva Por Oscar Oliva | |
He conocido parte de mi país/ me ha asombrado su devastación Me apoyo en uno de sus muros donde alguien ha escrito Unas cuantas palabras de guerra/ tal vez inocentes He tocado su raíz con los codos y la quijada Todo esto es absurdo e innecesario No sé nada, otra vez A mi edad esto no me debería de sorprender... | |
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La septuagésima séptima
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Alejandro Aura Por Alejandro Aura | |
pues todo hacia un limitado fin se encamina la cabra la piedra la estrella el paso decidido todo un fin próximo y sabido al migajón a la pulga al agua ¿al agua dije? ¿se acabarán el agua el fuego el viento y la tierra? mucho más pronto que la sorpresa de imaginarlo... | |
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De la vigilia estéril
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Rosario Castellanos Por Carmen Farías | |
No voy a repetir las antiguas palabras de la desolación y la amargura ni a derretir mi pecho en el pomo del llanto. El pudor es la cima más alta de la angustia y el silencio la estrella más fúlgida en la noche. Diré una vez, sin lágrimas, como si fuera ajeno el tema exasperado de mi sangre... | |
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Instantánea
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Carmen Alardín Por Carmen Alardín | |
Quién pudiera decir que estás presente aunque tu audiencia duerma en las ventanas, aunque tu ausencia siempre inexplicable te convierta en pasado repentino. Quién pudiera decir que estamos juntos celebrando el milagro de las bodas, aunque un fúnebre viento nos transporte donde el camino es grieta que devora... | |
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Anatomía superficial
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Griselda Álvarez Ponce de León Por Griselda Álvarez Ponce de León | |
Oreja, mano, brazo, pierna, ojo, tu mitad que se ajusta con la mía en la superficial anatomía donde corren tu audacia y mi sonrojo. Para la sed, en tu belleza mojo los ojos insolados de alegría y convencida de mi paganía el árbol del asombro te deshojo. Apariencia no más. Por dentro... | |
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E pur si muove
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Oscar Oliva Por Oscar Oliva | |
Nada se mueve en la ciudad. Dejo caer mi mano, y nada. Respiro hondo: sólo mi pecho en esta habitación se mueve como la leche en un vaso. Días y días levantando objetos, gritando, azotando puertas, escandalizando, y nada. Nada se mueve en la ciudad. La ciudad no da señales de vida... | |
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A grandes voces
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Jaime Augusto Shelley Por Jaime Augusto Shelley | |
Por sobre los escombros llegados a las puertas del insomnio: veinte, treinta años doblado en las esquinas del viento, susurrante de palabras dormidas: pan, hambre, a las puertas del insomnio. Tierra, qué fríos tus senos de ciudad. Hermano, una limosna, por favor . A la una, dos de la... | |
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Bella dama sin piedad
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Rosario Castellanos Por Rosario Castellanos | |
Se deslizaba por las galerías. No la vi. Llegué tarde, como todos, y alcancé nada más la lentitud púrpura de la cauda; la atmósfera vibrante de aria recién cantada. Ella no. Y era más que plenitud su ausencia y era más que esponsales y era más que semilla en que madura el tiempo:... | |
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Gran mundo
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Octavio Paz Por Octavio Paz | |
Habitas en un bosque de vidrio. El mar de labios delgados, el mar de las cinco de la mañana, centellea a las puertas de tu dormir. Cuando lo rozan tus ojos, su lomo metálico brilla como un cementerio de corazas. El mar amontona a tus pies espadas, azagayas, picas, ballestas, dagas... | |
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Idilio incorpóreo
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Elías Nandino Por Elías Nandino | |
Por qué temer a la muerte, sí es ella la quediariamente desciende por las noches,a dormirnos y a dormir con nosotros? Todas las noches, a la misma hora, una paloma de penumbra blanca llega volando a tranformarse en sueño para dormirnos en sereno idilio... | |
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Elegías del amado fantasma (Primera elegía)
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Rosario Castellanos Por Carmen Farías | |
Inclinada, en tu orilla, siento como te alejas. Trémula como un sauce contemplo tu corriente formada de cristales transparentes y fríos. Huyen contigo todas las nítidas imágenes, el hondo y alto cielo, los astros inventados, la vehemencia ingrávida del canto... | |
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Al filo de su cuerpo
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Juan Domingo Argüelles Por Juan Domingo Argüelles | |
Tiene el cabello negro y los ojos que, desde ahora, son mis ojos. Despierto y la contemplo, o tal vez duermo y sueño al filo de su... | |
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El viejo y la pólvora
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Efraín Huerta Por Efraín Huerta | |
Viejo sangre de toro viejo marino anciano de las nieves viejo de guerras de enfermerías de heridas Viejo con piel de flor viejo santo de tanto amor viejo de juventud niño de canas viejo amada santamente loco de amor siempre viejo perro soldado anciano de los trópicos viejo hasta lo... | |
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Club italiano
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Fabio Morábito Por Fabio Morábito | |
Tenía una alberca regular, cinco o seis canchas de tenis, una cafetería que daba a un poco de jardín, luego un frontón y un gran salón de baile. No era gran cosa, su mejor época debió de ser, por los cincuenta o los sesenta, mi padre se hizo socio cuando ya estaba decayendo lentamente... | |
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Paso de sombras
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Víctor Sandoval Por Víctor Sandoval | |
Montes de orégano en la noche crecen y se diluyen en la madrugada. Un árbol es la torre de la iglesia. Voltear la carga y aromar el aire. En silencio los pájaros escuchan. Andar como sonámbulos entre cerros; despuntar de mañana: Es la estrella en el polvo erizada de espinas. Es la... | |
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Un pectoral de pavor para el capitán Fiallo
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Efraín Huerta Por Efraín Huerta | |
Ardía el caballero con sus ojeras rotas llameaba su piel e iluminaba la ciudad Moría de hambre el capitán Fiallo acostado en su lecho de una bruta piel de toro y un leño por almohada brasa de muerte y soledad rezos y campanadas esquilas como cementerios del aire Ardía desde el corazón hasta el vientre... | |
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Me estás vedada tú...
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Ramón López Velarde Por Guillermo Sheridan | |
Imaginas acaso la amargura que hay en no convivir los episodios de tu vida pura? Me está vedado conseguir que el viento y la llovizna sean comedidos con tu pelo castaño. Me está vedado oír en los latidos de tu paciente corazón (sagrario de dolor y clemencia) la fórmula escondida de mi propia existencia... | |
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En este asunto del amor...
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Carlos Pellicer Por Pilar Pellicer | |
En este asunto del amor, que a veces, uno quisiera que no acabara nunca de empezar, parece que alguien dice: ¿Dios es eternamente joven? Es tanta la alegría, que uno ignora catástrofes y duelos. Usted dice que sí a toda la enorme y tan humana tontería. Sólo hay un pensamiento, sólo... | |
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Diálogo con un retrato
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Alí Chumacero Por Alí Chumacero | |
Surges amarga, pensativa, profunda tal un mar amurallado; reposas como imagen hecha hielo en el cristal que te aprisiona y te adivino en duelo, sostenida bajo un mortal cansancio o bajo un sueño en sombra, congelada. En vano te defiendes cuando tus ojos alzas y me miras a través de... | |
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New York ticket para el muchacho
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Fernando Sánchez Mayans Por Fernando Sánchez Mayans | |
Como elevada llama de amor va el adolescente al encuentro de una sola esperanza. Viene de la belleza para encender la noche cuando el hombre es un aprendiz de caminante y tiene algo de paso solitario entre las ruinas. Enarbola un seno o una bandera... | |
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Piedra de sol
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Octavio Paz Por Octavio Paz | |
un sauce de cristal, un chopo de agua, un alto surtidor que el viento arquea, un árbol bien plantado mas danzante, un caminar de río que se curva, avanza, retrocede, da un rodeo y llega siempre: un caminar tranquilo de estrella o primavera sin premura, agua que con los párpados... | |
