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25 poemas aleatorios en audio | |
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Canto de Nezahualcóyotl
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Poesía náhuatl Por Enrique Lizalde (español) y Lino Balderas (náhuatl) | |
He llegado aquí, soy Yoyontzin. Sólo flores deseo, ha venido a estar deshojando flores sobre la tierra. Allá corto la flor preciosa, corto la flor de la amistad: junto contigo, con tu persona; ¡oh príncipe! Yo Nezahualcóyotl, el señor Yoyontzin. Nezahualcoyotl icuic Nihualacic ye... | |
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Tan grande, ¡ay Hado!, mi delito ha sido...
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Sor Juana Inés de la Cruz Por Guadalupe (Pita) Amor | |
Tan grande, ¡ay Hado!, mi delito ha sido que por castigo de él o por tormento no basta el que adelanta el pensamiento sino el que le previenes al oído? Tan severo en mi contra has procedido, que me persuado, de tu duro intento, a que sólo me diste entendimiento porque fuese mi daño más crecido... | |
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Fin presente
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Oscar Oliva Por Oscar Oliva | |
Está en lo que comemos y bebemos, en los trabajos que nos dan de comer y beber, en los alimentos en los que no nos reconocemos y en la ineptitud con la que nos destrozamos las manos a la hora del hambre para poder tomar asiento y comenzar de nuevo con lo que está en la mesa... | |
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Idilio incorpóreo
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Elías Nandino Por Elías Nandino | |
Por qué temer a la muerte, sí es ella la quediariamente desciende por las noches,a dormirnos y a dormir con nosotros? Todas las noches, a la misma hora, una paloma de penumbra blanca llega volando a tranformarse en sueño para dormirnos en sereno idilio... | |
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Dudas del astronauta
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Enzia Verduchi Por Enzia Verduchi | |
todo regreso es imánde la posición de equilibrio.José Carlos Becerra Desde el balcón del universo el astronauta acaricia en la pantalla su virtual Oklahoma. ¿Qué hace un vaquero en la exosfera exhibiendo sus debilidades y virtudes por circuito cerrado en Cabo Cañaveral? No es... | |
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Plátanos en el Main
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Enzia Verduchi Por Enzia Verduchi | |
Era otoño en Francfort y la primera visión del río fue un cuerpo ahogado en su sed. Juraste que los árboles aledaños al Main se llamaban plátanos y eran sus hojas las que se arremolinaban en ese cuerpo. Y a espaldas de esa premonición recorrimos los adoquines del Römer insensibles a... | |
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Gratia plena
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Amado Nervo Por Manuel Bernal | |
Todo en ella encantaba, todo en ella atraía: su mirada, su gesto, su sonrisa, su andar... El ingenio de Francia de su boca fluía. Era llena de gracia, como el Avemaría; ¡quien la vio no la pudo ya jamás olvidar! Ingenua como el agua, diáfana como el día, rubia y nevada como Margarita... | |
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Pasaje
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Octavio Paz Por Octavio Paz | |
Más que aire más que agua más que labios ligera ligera Tu cuerpo es la huella de tu cuerpo De: Ladera este | |
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No es una desgracia abrir los ojos...
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Rubén Bonifaz Nuño Por Rubén Bonifaz Nuño | |
No es una desgracia abrir los ojos ni tener despiertos los deseos y estar triste y solo y pensando. Y no ser de aquellos que consiguieron su placer a ciegas para cegarse; su televisión después del cine, sus bailes, su ruido, sus limonadas; pero que a la medianoche se sientan, pesados... | |
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Entrevista de prensa
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Rosario Castellanos Por Rosario Castellanos | |
Pregunta el reportero, con la sagacidad que le da la destreza de su oficio: ¿por qué y para qué escribe? Pero, señor, es obvio. Porque alguien (cuando yo era pequeña) dijo que la gente como yo, no existe. Porque su cuerpo no proyecta sombra, porque no arroja peso en la balanza,... | |
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El deshollinador
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Enriqueta Ochoa Por Enriqueta Ochoa | |
En mi centro amanecía Dios con su diamante de agua ensimismada, derramándola allí donde la yerba azul del verbo sin cercos corría limpia escalando hasta el borde de los labios. Pero redonda es la vida y en sus ruedas sorpresivas... | |
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Percibo lo secreto
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Nezahualcóyotl Por Raúl Dantés | |
Percibo lo secreto, lo oculto: ¡Oh vosotros señores! Así somos, somos mortales, de cuatro en cuatro nosotros los hombres, todos habremos de irnos, todos habremos de morir en la tierra. Nadie en jade, nadie en oro se convertirá: En la tierra quedará guardado. Todos nos iremos allá, de... | |
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Un tigre de papel
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Juan Domingo Argüelles Por Juan Domingo Argüelles | |
Toco la piel del tigre y el tigre vibra, ronronea, se hace el dormido bajo la palma de mi mano, como un trompo que zumba: mitad madera, mitad punta acerada. Hablo de un libro: en su espesura encuentro la fauna de mis días, los árboles que a diario me cobijan y los saurios y helechos... | |
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Como el oro, por rubio, es tu cabello...
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Fernando del Paso Por Fernando del Paso | |
Como el oro, por rubio, es tu cabello. El oro y el otoño, que es su hermano, se despiden, volando, del verano y viajan, río abajo, por tu cuello. Y yo, que me robé y guardé un destello en el hueco más claro de la mano, una carta, en las hojas de un manzano te escribo con su brillo... | |
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Bella dama sin piedad
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Rosario Castellanos Por Rosario Castellanos | |
Se deslizaba por las galerías. No la vi. Llegué tarde, como todos, y alcancé nada más la lentitud púrpura de la cauda; la atmósfera vibrante de aria recién cantada. Ella no. Y era más que plenitud su ausencia y era más que esponsales y era más que semilla en que madura el tiempo:... | |
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Vaivén
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Octavio Paz Por Octavio Paz | |
Vuelve a la noche, racimo de horas sombrías; córtalo, come el fruto de tiniebla, saborea la ignorancia 2 Con orgullo de árbol plantado de pleno torbellino te desvistescon el gesto del agua saltando de la peña abandonas tus cuerpos con los pasos sonámbulos del viento te arrojas en el lecho... | |
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Después
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Amado Nervo Por Alí Chumacero | |
Te odio con el odio de la ilusión marchita. ¡Retírate! He bebido de tu cáliz, y por eso mis labios ya no saben dónde poner su beso; mi carne, atormentada de goces, muere ahíta. Safo, Crisis, Aspasia, Magdalena, Afrodita, cuanto he querido fuiste para mi afán avieso. ¿En dónde hallar... | |
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El río
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Efraín Huerta Por Efraín Huerta | |
Hoy estuvo paciente y apacible, digno, sucio y solemne. Surtidor de canales donde el lirio amanece. Gigante río, río niño, donde Louisiana escribe su gris... | |
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Para que se fuera la mosca...
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Fabio Morábito Por Fabio Morábito | |
Para que se fuera la mosca abrí los vidrios y continué escribiendo. Era una mosca chica, no hacía ruido, no me estorbaba en lo más mínimo, pero tal vez empezaría a zumbar. Un aire frío, suave, entró en el cuarto; no me estorbaba en lo más mínimo, pero no se llevaba con mis versos... | |
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Rememoración (segundo tablero) (fragmento)
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Octavio Paz Por Octavio Paz | |
Con la cabeza lo sabía, no con saber de sangre: es un acorde ser y otro acorde no ser. La misma vibración, el mismo instante ya sin nombre, sin cara. El tiempo, que se come las caras y los nombres, a sí mismo se come. El tiempo es una máscara sin cara. No me enseñó a morir el Buda... | |
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Mientras tanto
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Alejandro Aura Por Alejandro Aura | |
a las nueve a las ocho a las siete me levanto y es entonces que el día se remonta tanto los pájaros mis hijos el mercado el canto y a las cinco a las tres a la una el desencanto de saber que estoy vivo apenas mientras tanto... | |
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En la cárcel de ayer, de que me evado...
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Salvador Novo Por Salvador Novo | |
En la cárcel de ayer, de que me evado a la muerta distancia del olvido; con polvo, en el sendero recogido: con astillas, del tiempo desgajado; con el canto y la flor, apasionado, su perfume en el viento fallecido; con atisbos del sueño desistido, con arenas del mar nunca surcado... | |
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Piraustas
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Jorge Fernández Granados Por Jorge Fernández Granados | |
Mariposas blancas que viven en el fuego. Quienes las han visto encienden a altas horas de la noche una fogata y esperan su llegada con paciencia venatoria. Contemplan las lenguas espirales de la invocación. No siempre aparece, justo en medio de la hoguera, el diminuto planeo de una pareja... | |
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Prólogo, a las puertas del paraíso
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Manuel Ponce Por Manuel Ponce | |
La promesa El prólogo de las Vírgenes se terminó en una noche. Dios, sin tinta ni papel, le dio cuerpo cimbreante de voces, y todos sus caracteres de fuego tres veces joven quedaron en la serpiente y dos malogrados dioses. Porque podéis, si queréis, comprender, aguas salobres, repasad, a los principios... | |
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el ahogado
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José Carlos Becerra Por Julio Trujillo | |
un gancho de hierro y se jala, su expansión lo desmiente al subir el agua que lo chorrea lo mueve de los hilos de su salida al escenario en el muelle los curiosos miraban ese bulto donde los ojos de todos esperaban el pasadizo extraviado del cuerpo gota a gota el cuerpo caía en... | |
