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25 poemas aleatorios en audio

 
   Un trotamundos Un trotamundos de Eduardo Langagne

   Eduardo Langagne
      Por Eduardo Langagne    
primeros versos

El anciano astroso, sucio, viendo al horizonte desaliñado manchaba las calles de Miami; enviciaba la vista esplendorosa de las calles. Y a las buenas conciencias eso les resulta mal. Traía un sombrero andrajoso, dicen algunos, era un panamá, era un bombín, una gorra de beisbolista...

 
   Rodilla Rodilla de Griselda Álvarez Ponce de León

   Griselda Álvarez Ponce de León
      Por Griselda Álvarez Ponce de León    

Gracia de lance que en amor doblega a la que se negaba por esquiva gracia doble al doblarse desde arriba si por una rodilla va la entrega gracia mayor si el viaje te sosiega y en la margen del rio te derriba la sed porque en el agua transitiva la nube va también...

 
   Ciclo Ciclo  de Marco Antonio Montes de Oca

   Marco Antonio Montes de Oca
      Por Marco Antonio Montes de Oca    
primeros versos

Un resplandor un trueno y luego nada, Hastío tal vez, Preocupación por tu cuerpo que no llega, Vigas en el ojo ajeno y en el propio, Cierta pantera prensada como flor Entre las tapas ardientes de la noche; Acaso tú Mojada fabulosamente en la esperanza, Quizá los anillos En que un planeta baila sin hallar salida...

 
   Anacusia Anacusia de Jaime Augusto Shelley

   Jaime Augusto Shelley
      Por Jaime Augusto Shelley    
primeros versos

Escribía sobre el amor, ¡Como si no tuviera otras que decir, más importantes! Sobre cosas que pasan, sobre miasmas de siempre, acerca de pólipos y amibas, y eso sobre el amor . Caía sobre de ello, sobre de ellas tres, hembras de mi alquimia. Escribía sobre ti, yo mismo y otra...

 
   Junto a tu cuerpo Junto a tu cuerpo de Salvador Novo

   Salvador Novo
      Por José Luis Ibáñez    
primeros versos

Junto a tu cuerpo totalmente entregado al mío junto a tus hombros tersos de que nacen las rutas de tu abrazo, de que nacen tu voz y tus miradas, claras y remotas, sentí de pronto el infinito vacío de su ausencia. Si todos estos años que me falta como una planta trepadora que se coge...

 
   El río El río de Efraín Huerta

   Efraín Huerta
      Por Efraín Huerta    
primeros versos

Hoy estuvo paciente y apacible, digno, sucio y solemne. Surtidor de canales donde el lirio amanece. Gigante río, río niño, donde Louisiana escribe su gris...

 
   Final Final de Gilberto Owen

   Gilberto Owen
      Por Claudio Obregón y Óscar Chávez    
primeros versos

Mañana. Acaso el sol golpea en dos ventanas que entran en erupción. Antes salen los indios que pasan al mercado tiritando con todo el trópico a la espalda. Y aún antes los amantes se miran y se ven tan ajenos que se vuelven la espalda. Antes aún ese ángel de la guarda que se duerme...

 
   Nocturno sueño Nocturno sueño de Xavier Villaurrutia

   Xavier Villaurrutia
      Por Alberto Dallal     
primeros versos

Abría las salas profundas el sueño y voces delgadas corrientes de aire entraban Del barco del cielo del papel pautado caía la escala por donde mi cuerpo bajaba El cielo en el suelo como en un espejo la calle azogada dobló mis palabras Me robó mi sombra la sombra cerrada...

 
   Edad Edad de Tomás Segovia

   Tomás Segovia
      Por Tomás Segovia    
primeros versos

La mano del amor es grave. Se ha espesado la carne de una savia de tiempo; el curso de los días ha ensanchado su cauce. Pero de paz cargada abriga y pesa la lenta mano calurosa. La mujer mira al hombre padecer por el hijo, y florece. De: Anagnórisis

 
   Fugacidad universal Fugacidad universal de Poesía náhuatl

   Poesía náhuatl
      Por Enrique Lizalde (español) y Lino Balderas (náhuatl)    
primeros versos

Acaso de verdad se vive en la tierra? No para siempre en la tierra: sólo un poco aquí. Aunque sea jade se quiebra. aunque sea oro se rompe, aunque sea plumaje de quetzal se desgarra, no para siempre en la tierra: sólo un poco aquí;. An nochipa tlalticpac ¿Cuix oc nelli nemohua in tlalticpac Yhui ohuaye?...

 
   Credo Credo de Ricardo López Méndez

   Ricardo López Méndez
      Por Carmen Feito Maeso    
primeros versos

México, creo en ti, Como en el vértice de un juramento. Tú hueles a tragedia, tierra mía, Y sin embargo, ríes demasiado, A caso porque sabes que la risa Es la envoltura de un dolor callado.México, creo en ti, Sin que te represente en una forma Porque te llevo dentro, sin que sepa Lo que tú eres en mí...

 
   Voz de mis soledades (II) Voz de mis soledades (II) de Elías Nandino

   Elías Nandino
      Por Elías Nandino    
primeros versos

No sé quién soy en esta llama cruenta de angustia, de dolor, de goce y llanto, en que nace el misterio de un encanto que destruye mi vida y la alimenta. No sé quien soy en esta red que inventa peces de espuma en vértigos de espanto y un venero de siglos que levanto para saciar la sed que me atormenta...

 
   Fuego en voz alta para encender la primavera Fuego en voz alta para encender la primavera de Efraín Bartolomé

   Efraín Bartolomé
      Por Efraín Bartolomé y el canto extático de los derviches    
primeros versos

Vibro Estoy cantando Ilumino la oscuridad cantando De la fruta ligeramente amarga del corazón se levantan delgadas capas de una suave corteza Capas ligeras como el aroma que se desprende bajo el sol de un paquete compacto de grandes hojas de tabaco Estoy cantando Me descubro...

 
   Mi corazón emprende Mi corazón emprende de Jaime Sabines

   Jaime Sabines
      Por Pablo López del Castillo    
primeros versos

Mi corazón emprende de mi cuerpo a tu cuerpo último viaje. Retoño de la luz, agua de las edades que en ti, perdida, nace. Ven a mi sed. Ahora. Después de todo. Antes. Ven a mi larga sed entretenida en bocas, escasos manantiales. quiero esa arpa honda que en tu vientre arrulla niños...

 
   No consta en actas No consta en actas de Juan Bañuelos

   Juan Bañuelos
      Por Juan Bañuelos    
primeros versos

Oh, bebedor de la noche, ¿por qué te disfrazas ahora? ¿Todo es igual acaso? ¿Tengo que repetir lo que el augur grabó en el silencio de la piedra curtida por el viento? ...esparcidos están los cabellos, destechadas las casas, enrojecidos sus muros. Gusanos pululan por calles y plazas...

 
   Inmemorial Inmemorial de José Emilio Pacheco

   José Emilio Pacheco
      Por José Emilio Pacheco    
primeros versos

El misterioso día se acaba con las cosas que no devuelve Nunca nadie podrá reconstruir lo que pasó ni siquiera en este más cotidiano de los mansos días Minutoenigma irrepetible Quedará tal vez una sombrauna mancha en la pared vagos vestigios de ceniza en el aire...

 
   Contrafuga de la muerte Contrafuga de la muerte de Juan Bañuelos

   Juan Bañuelos
      Por Juan Bañuelos    
primeros versos

Si vamos a tender un cable de exorcismo, si vamos a alquilar los versos para bodas, primeras comuniones, funerales y bautizos, recojo mis papeles. Y me voy. Si vamos a leer como leemos, palabras al amado fantasma y otros espejismos, entonces me retiro. Nosotros esperamos el tren que arrastra su sombra...

 
   Plátanos en el Main Plátanos en el Main de Enzia Verduchi

   Enzia Verduchi
      Por Enzia Verduchi    
primeros versos

Era otoño en Francfort y la primera visión del río fue un cuerpo ahogado en su sed. Juraste que los árboles aledaños al Main se llamaban plátanos y eran sus hojas las que se arremolinaban en ese cuerpo. Y a espaldas de esa premonición recorrimos los adoquines del Römer insensibles a...

 
   Posesión Posesión de Efrén Rebolledo

   Efrén Rebolledo
      Por Juan Ignacio Aranda    
primeros versos

Se nublaron los cielos de tus ojos, y como una paloma agonizante, abatiste en mi pecho tu semblante que tino el rosicler de los sonrojos. Jardín de nardos y de mirtos rojos era tu seno mórbido y fragante, y al sucumbir, abriste palpitante las puertas de marfil de tus hinojos. Me...

 
   Canciones para el celebrante Canciones para el celebrante de Thelma Nava

   Thelma Nava
      Por Thelma Nava    
primeros versos

Espléndido animal, óyete resonar por la noche como un tren que conoce el lugar de su destino. No preguntes a nadie cuál es el sitio. Para el que indaga no está reservada la respuesta. ¿Quién, celebrante, se atrevería a ponerse el olor del mar, la túnica de los desaparecidos?...

 
   Vanagloria o alabanza en boca propia Vanagloria o alabanza en boca propia de José Emilio Pacheco

   José Emilio Pacheco
      Por José Emilio Pacheco    
primeros versos

A pulso A fuerza Infatigablemente y sin prisa ni pausa he conquistado para siempre un sitio a la izquierda del cero El absoluto ceroel más rotundo irremontable resbaloso cero Obtuve un buen lugar en la otra fila Junto a los emigrantes expulsados de la posteridad y ésta es la historia...

 
   No es nada de tu cuerpo No es nada de tu cuerpo de Jaime Sabines

   Jaime Sabines
      Por Jaime Sabines    
primeros versos

No es nada de tu cuerpo, ni tu piel, ni tus ojos, ni tu vientre, ni ese lugar secreto que los dos conocemos, fosa de nuestra muerte, final de nuestro entierro. No es tu boca tu boca que es igual que tu sexo , ni la reunión exacta de tus pechos, ni tu espalda dulcísima y suave, ni tu...

 
   Memoria Memoria de José Carlos Becerra

   José Carlos Becerra
      Por Julio Trujillo    
primeros versos

He vuelto al sitio señalado, a tu rastro de aguas amargas; el atardecer ha caído al fondo del mar como un pecho muerto y una campana da la hora cubriéndome de espuma. Vuelvo a ti, el otoño y el grillo se unen en la victoria del polvo. Vuelvo a ti, vuelves a la caída, al primer acto...

 
   Oídos con el alma... (fragmento) Oídos con el alma... (fragmento) de Octavio Paz

   Octavio Paz
      Por Octavio Paz    
primeros versos

Oídos con el alma, pasos mentales más que sombras, sombras del pensamiento más que pasos, por el camino de ecos que la memoria inventa y borra: sin caminar caminan sobre este ahora, puente tendido entre una letra y otra. Como llovizna sobre brasas dentro de mí los pasos pasan hacia...

 
   De algún tiempo a esta parte De algún tiempo a esta parte de José Emilio Pacheco

   José Emilio Pacheco
      Por José Emilio Pacheco    
primeros versos

Aquí está el sol con su único ojo, la boca escupe fuego que no se hastía de calcinar la eternidad. Aquí está como un rey derrotado que mira desde el trono la dispersión de sus vasallos. Algunas veces, el pobre sol, el heraldo del día que te afrenta y vulnera, se posaba en su cuerpo...