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listado de poemas por primeros versos letra j

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13 poemas con la letra "j"

1

Jadeo, viscoso aleteo... de Octavio Paz
Jadeo, viscoso aleteo. Buceo, voceo, clamoreo por el descampado. Vaya malachanza. Esta vez te vacío la panza, te tuerzo, te retuerzo, te volteo y voltibocabajeo, te rompo el pico, te refriego el hocico, te arranco el pito, te hundo el esternón. Broncabroncabrón. Doña campamocha...
Ebriedad de Dios (3) de Luis Armenta Malpica
Jamás voy sola a misa; me llevo los pecados de mi esposo y su esposa, uno o dos de mis hijas, alguno de mi hermano todos los de mi madre... hasta llenar el bolso que hace juego conmigo. Y Dios, distante y sin moverse parece consternado ante mis confesiones. Rezo en latín ...
Insomnio de Efrén Rebolledo
Jidé, clamo, y tu forma idolatrada no viene a poner fin a mi agonía; Jidé, imploro, durante la sombría noche y cuando despunta la alborada. Te desea mi carne torturada, Jidé, Jidé, y recuerdo con porfía frescuras de tus brazos de ambrosía y esencias de tu boca de granada. ...
jorge manrique. mi maestro... de Rogelio Guedea
jorge manrique. mi maestro. dice que querer hombre vivir cuando dios quiere que muera es locura. jorge manrique. mi maestro. amigo o fuego que releo en noches con fervor dice que mi empeño o mi pasión. ese tocar tu rostro o escribir es vano. malo para un alma cegada por la tristeza. ...
Fusiles y muñecas de Juan de Dios Peza
Juan y Margot, dos ángeles hermanos que embellecen mi hogar con sus cariños, se entretienen en juegos tan humanos que parecen personas desde niños. Mientras Juan, de tres años, es soldado y monta en una caña endeble y hueca, besa Margot con labios de granado, los labios de cartón ...
César en casa de Juan de Dios Peza
Juan, aquel militar de tres abriles, que con gorra y fusil sueña en ser hombre, y que ha sido en sus guerras infantiles un glorioso heredero de mi nombre; ayer, por tregua al belicoso juego, dejando en un rincón la espada quieta, tomó por voluntad, no a sangre y fuego, mi mesa de escribir y mi gaveta. ...
Sexo de Griselda Álvarez Ponce de León
Juego de fauno sembrador de mundos alto de amor y activo de congojas, a tu servicio las semillas rojas te esperan en surcos infecundos. Protervo dios alegre por segundos más alegre quizá cuando deshojas la flor primera, cuando te despojas de todos tus ardides errabundos. Lúbrico...
Estudio de Carlos Pellicer
Jugaré con las casas de Curazao, pondré el mar a la izquierda y haré más puentes movedizos. ¡Lo que diga el poeta! Estamos en Holanda y en América y es una isla de juguetería, con decretos de Reina y ventanas y puertas de alegría. Con las cuerdas de la lira y los pañuelos...
Soneto IV de Carlos Pellicer
Junio, jardín de junio, yo no quise sino sólo una voz de su ternura, besar el aire que en sus ojos dura y soltar en mis labios lo que dice. Aire, junio en los aires ya predice las imágenes muertas en la oscura piedad de las palabras que apresura la sola poesía que no quise. Agua, en tus lluvias ...
Junto a tu cuerpo de Salvador Novo
Junto a tu cuerpo totalmente entregado al mío junto a tus hombros tersos de que nacen las rutas de tu abrazo, de que nacen tu voz y tus miradas, claras y remotas, sentí de pronto el infinito vacío de su ausencia. Si todos estos años que me falta como una planta trepadora ...
Dentro de una esmeralda de Salvador Díaz Mirón
Junto al plátano sueltas, en congoja de doncella insegura, el broche al sayo. La fuente ríe, y en el borde gayo atisbo el tumbo de la veste floja. Y allá, por cima de tus crenchas, hoja que de vidrio parece al sol de mayo, toma verde la luz del vivo rayo, y en una gema colosal te aloja. ...
Nocturno de Manuel José Othón
Junto al rojo fogón de la cocina, bajo el techo de paja del bohío, ni lluvia torrencial, ni viento frío temo, cuando la noche se avecina. Después, el sueño mi cerviz inclina, me arrulla el manso murmurar del río y encuentro en el reposo calma y brío, al lado de mi vieja carabina ... Cuando en el mar ...
Junto las manos de Alejandro Aura
Junto las manos, formo en ellas un hueco, soplo y puedo hacer como cantan las palomas. Una desde un árbol me saluda. Hace su doble ruido, hondo y suave y espera hasta que yo contesto. Hablamos...