|
25 poemas aleatorios | |
A José Luis La cascada de Xico Los insectos se posan Sobre sus frutos rojos Protegidos apenas por las sombras De bananos enormes Que la lluvia abrillanta. Mis ojos juegan a detener la marcha El resplandor, el halo De millones de gotas que se volverán cauce entre montañas. ... | |
A pulso A fuerza Infatigablemente y sin prisa ni pausa he conquistado para siempre un sitio a la izquierda del cero El absoluto cero el más rotundo irremontable resbaloso cero Obtuve un buen lugar en la otra fila Junto a los emigrantes... | |
Pienso que el sueño existe porque existo; pero si contra el mundo cruzo rostros y de ligeros vientos alzo vuelos, túnicas que no han de vestir estatuas, y con palabras que después desaparecen, violadas de improviso, evoco su mirada y sus palabras: cielo , vida que eran como un andar ... | |
¿Es usted el mago? No, yo soy el conejo del mago, la luz y su huevo el huevo del nacimiento multiplicado y la sed de la chistera en el escenario. (De:Intemporal de peldaños) | |
Los espejos no cantan como antaño y el espacio no es más que una lágrima corriendo desde los ojos hasta el sueño cuando nos dan una mala noticia Como cuando se embarca la tristeza en una discusión sin más razón de ser que una súbita parvada de reflejos ... | |
Después de leer tantas cosas eruditas estoy cansada, hija, por no tener los pies más fuertes y más duro el riñón para andar los caminos que me faltan. Perdona este reniego pasajero al no encontrar mi ubicación precisa y pasarme el insomnio acodada en la ventana cuando la lluvia cae, ... | |
Estoy dondequiera a la hora del desastre porque contigo estoy, porque sin ti no estuviera. Nada más a ti te amo, n estoy para los demás, en nadie estoy si no estoy en ti, raíz de miedo, agua derramada. Yo soy el hilo de agua que ata las esquinas, los rincones, las puertas de los que babeantes ... | |
Aquella bufanda color de oro viejo que me había acompañado a vivir durante tres años la miseria la gloria de la luz el amor la soledad de las calles estrechas como ataúdes y todos los instantes que el agua va grabando con líneas verdosas en la frente de las estatuas ... | |
Apenas te conozco y ya me digo: ¿Nunca sabrá que su persona exalta todo lo que hay en mí de sangre y fuego? ¡Como si fuese mucho esperar unos días ¿muchos, pocos? porque toda esperanza parece mar del Sur, profunda, larga! Y porque siempre somos frutos de la impaciencia ... | |
La vida dura las estaciones se suceden una tras otra casi hipnótica duración del instante en que anduve sonámbula buscando a los astros su fuego ardiente y el crepitar del pájaro que muere en sí mismo sin encontrarse y comprender que cada huella de la corteza... | |
Cuántos veremos más, soles ardientes nuestras horas regir, y hacia un ocaso —¡tan parecido al alba!— ¿nuestro paso llevar a cuántas más noches silentes? ¿Acaso nos reserva sus presentes mejores el futuro? ¿Cuáles brazos aguardarán los nuestros —dulces lazos—, reposo... | |
Porque no tengo necesidad de hablar estoy callada. Suena triste pero es más verdad que el silencio. Anoche hablé hasta que me dolió la comisura de los labios. Pero anoche era un tigre. Ahora soy aquella, la hija del hombre: sin mañana sin semilla sin voz. Sólo una idea perdida ... | |
Ven, aún es tiempo de habitar el paraíso, me dije cuando en el alma crecía tal deseo como un rumor de aves: eran pájaros que no cantaban, batir de alas en desventura. Me acerqué a la luz de la conciencia, no vi nada. Fui entonces a las cavernas interiores ... | |
Porque olvido los nombres de las cosas comunes: el hijo que no tuvenuestro centro nutricio. Porque recuerdo tanto la infancia contra el cielo al cielo sobre el charco y a mis ojos sopesándolo todo... hoy quisiera cerrar la llave de esa puerta que fracasa frente a tanta pupila congelada ... | |
La genética del alma: el destino. Al más puro sentido clásico regreso. Me lleva el vientoy en esa circunstancia se revuelcan también mis sentidos. Hoy alcanzo a balbucear razones. Pero más allá de las razones estoy yo, hoja del árbol de la vida que ven pasar los perros y los puercos, ... | |
La casa me protege del frío nocturno, del sol del mediodía, de los árboles derribados, del viento de los huracanes, de las asechanzas del rayo, de los ríos desbordados, de los hombres y de las fieras. Pero la casa no me protege de la muerte... | |
Como el primer día de mi llegada aquí, a veces la memoria se me pierde y me encuentro yacente por el suelo sin hueso ni contorno ignorando qué vida de qué mundo de qué recuerdo es ésta. -Pero tú no me olvides, dulce tierra sin rostro cuyo recuerdo pierdo a cada instante, cuyo sabor ... | |
Mi madre me contó que yo lloré en su vientre. A ella le dijeron: tendrá suerte. Alguien me habló todos los días de mi vida al oído, despacio, lentamente. Me dijo: ¡vive, vive, vive! Era... | |
Bien venga, cuando viniere, la Muerte: su helada mano bendeciré si hiere... He de morir como muere un caballero cristiano. Humilde, sin murmurar, ¡oh Muerte!, me he de inclinar cuando tu golpe me venza; ¡pero déjame besar, mientras expiro, su trenza! ¡la trenza que le corté y que, piadoso, ... | |
Abrí la verja de hierro, Sentí como chirriaba, tropecé en algún tronco y miré una ventana encendida, pero la madrugada devoraba las hojas y tú no estabas allí diciéndome que el mundo está roto y oxidado. Entré, subí en silencio las escaleras, abrí otra puerta, me quité el saco, me senté, ... | |
no te imaginas qué bien me veo hoy con el orgullo abanderando la cabeza con qué garbo me iré andando hacia [el trabajo con la sonrisa terca como una etiqueta que se asoma por [el vestido ¡qué buen porte! dirán los que me [vean ¿a qué se debe? inquirirán muertos ... | |
No oigo lo que tengo que decirles. La voz que saca de las palabras la chispa del frote, la antesala del fuego, no se presenta. Estoy sorda. Siento en la carne el dardo del llanto de la triste langosta canadiense: chilla cuando han de matarla. El animal ha venido aquí sólo a perseguir... | |
Sólo una tonta podía dedicar su vida a la soledad y al amor. Sólo una tonta podía morirse al tocar una lámpara, si lámpara encendida, desperdiciada lámpara de día eras tú. Retonta por desvalida, por inerme, por estar ofreciendo tu canasta de frutas a los árboles... | |
Quiero vivir arrancando palabras al silencio y que el amor crezca como una enredadera sin amo quiero escuchar la música hasta encontrar mi nombre quiero vivir con un rayo de luz en el corazón en fin, saberme despierta y ardiendo... De: Del mundo y otros cielos. 2004 | |
Mi mano en el espejo es algo más que un paso derrotándome la carne. Brillan sus cinco dagas temerosas como excavando letras vírgenes en la cera imantada del silencio. Viene buscando tierras prometidas de más allá del nilo de su llanto. Mi mano en el espejo se diluye, ... | |
