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25 poemas aleatorios | |
Soy rico, yo, el señor Nezahualcóyotl. Reúno el collar, los anchos plumajes de quetzal, por experiencia conozco los jades, ¡son los príncipes amigos! Me fijo en sus rostros, por todas partes águilas y tigres, por experiencia conozco los jades, ... | |
Las voces que soplaron en el aire formaron en el aire una ciudad las lluvias que subieron y bajaron formaron en los lagos nubes de cristal los sonidos que siguieron caminos cardinales llevaron ruiseñores y sueños y olas hasta Dios y los que no yacieron... | |
Pulsas, palpas el cuerpo de la noche, verano que te bañas en los ríos, soplo en el que se ahogan las estrellas, aliento de una boca, de unos labios de tierra. Tierra de labios, boca donde un infierno agónico jadea, labios en donde el cielo llueve y el agua canta y nacen paraísos. ... | |
Hombres necios que acusáis a la mujer sin razón, sin ver que sois la ocasión de lo mismo que culpáis. Si con ansia sin igual solicitáis su desdén. ¡Por qué queréis que obren bien, si las incitáis al mal! Combatís su resistencia y luego, con gravedad, decís que fue liviandad lo que hizo la diligencia. ... | |
Unos dijeron que no es más que el resultado de la casi desapercibida conjunción de los astros. Otros, que es la memoria incendiada de una estrella. Y hubo quien se atrevió a sugerir que era el resultado del choque entre un pájaro ciego y la sombra de un fugitivo. Otro dijo que la palabra ... | |
Panoramas de la mañana que alcanzo desde mi ventana. Sillares y molduras de la iglesia que se detallan por lo tan cercana. Mañana ventosa que en el arbolado de la plazuela combina en los ramajes muecas y caras, risas y cabeceos, cual si fueran los de un corro de vecinos en chismorreos. ... | |
Porque si tú existieras tendría que existir yo también. Y eso es mentira. Nada hay más que nosotros: la pareja, los sexos conciliados en un hijo, las dos cabezas juntas, pero no contemplándose (para no convertir a nadie en un espejo) sino mirando frente a sí, hacia el otro. El otro: mediador, juez, ... | |
Pensar que muchos buscan una piedra o la raíz dónde aferrarse para luego seguir nadando contracorriente. ¿Buscar los orígenes hasta quedar en una orilla? ¿Dar sombra a la serpiente y casa al gusano? Ser nadiey aún, como la hoja seca, servir de embarcación a los instintos. . ... | |
Mejor el agua que en tu cuenco tomas, mejor la lumbre si por ti se enciende o el ruto que contigo se desprende o el seno que en tus dedos empalomas. Mucho mejor el pan si en él asomas, mejor la piedra que por ti se hiende o el campo cultivado en que trasciende el tacto vegetal... | |
¡Oh lira, que hasta aquí locos amores en tus vibrantes cuerdas suspiraste, y dócil a mis voces me ayudaste a comprar por un goce mil dolores! Ya que hiciste armoniosos mis errores y a mi locura seducción prestaste, herida de otro plectro, da, en contraste, con acuerdo mejor, tonos mejores. ... | |
Mirad al tigre Su tibia pose de vanidad satisfecha Dormido en sus laureles / gato persa de algún dios sanguinario Y esas rayas / que encorsetan su fama Allí echadito como estatua erigida a la soberbia un tigre de papel / un desdentado tigre de un (álbum de niñez Ociosa... | |
¡Oh, casa con dos puertas que es la mía, casa del corazón vasta y sombría que he visto en el desfile de los años llena a veces de huéspedes extraños, y otras veces las más , casi vacía!... Casa que en los risueños instantes de la vida, miró absorta la fila interminable de los sueños, ... | |
Azul cobalto el cielo, gris la llanura de un blanco tan intenso la carretera, que hiere la retina con la blancura de la plata bruñida que reverbera. Allá lejos, muy lejos, una palmera, tras unas tapias rojas, a grande altura, como el airón flotante de una cimera, levanta su penacho de fronda ... | |
Las vírgenes arrastran una sombra, habitan una sombra. No podrían arrastrar otra cosa. Las vírgenes sin esclavinas llevan contorno de fluidos, galvanizada sombra. Pero ya nimbo, sombra misma, la sombra de su sombra: cosa limpia. Pasan de vez en cuando, tangentes de la rosa... | |
Madre generosa de todos los muertos, madre tierra, madre, vagina del frío, brazos de intemperie, regazo del viento, nido de la noche, madre de la muerte, recógelo, abrígalo, desnúdalo, tómalo, guárdalo, acábalo... | |
Algún día seré pastura para la muerte, no más que polvo triste en el desierto del mundo. Mi sangre cesará su danza y en ese instante todo se habrá consumado. Mudos brillarán mis ojos en su larga noche y en la profundidad enorme del silencio escucharé los ecos de mi canto. ... | |
Mamá, tengo la barriga llena de hambre, dice. Y la mamá ríe y le trae la leche. Al rato, ya dormido, se sobresalta y mueve los brazos y las piernas. La mano de la madre le acaricia la espalda, se queda quieto. En su plácido rostro el corazón descansa... | |
Sueños de la mañana de la alcoba en la semioscuridad. Despertar indolente en que se siente la necesidad de continuar el diálogo interrumpido con la fantasmagoría nocturnal. Aquella semivigilia en que aún hay la indecisión de lo que en sueños vimos; aquella incapacidad de descifrar ... | |
¡Oh, qué dulce canción! Límpida brota Esparciendo sus blandas armonías, Y parece que lleva en cada nota ¡Muchas tristezas y ternuras mías! ¡Así hablara mi alma... si pudiera! Así dentro del seno, Se quejan, nunca oídos, mis dolores! Así, en mis luchas, de congoja lleno, Digo a la vida: ¡Déjame ser ... | |
Entiendo que este día nadie va a llamar. Ni los más caros deseos, ni esas fantasías que me han acompañado todo este tiempo. Sencillamente estaré solo y está bien. Entiendo que ya no tendrá sentido fingir. (De:Reincidencias) | |
Alguien Revelaba: Las tardes En que Me siento Incapaz De ser Inteligente Finjo Que me Aburro. | |
Entre la noche y el día ¡qué misterio, carajo, qué misterio! Urna cerrada de la luz, ábreme las compuertas. Vengo del huracán, hollado por los escombros: partes de coche, conservas, esqueletos tranquilos, ramas, callejones oscuros para que dos se presenten... | |
Ni tu silencio, duro cristal de roca, ni el frío de la mano queme tiendes, ni tus palabras secas, sin tiempo ni color, ni mi nombre, ni siquiera mi nombre que dictas como cifra desnuda de sentido; ni la herida profunda, ni la sangre que mana de sus labios, palpitante, ni la distancia cada vez más fría ... | |
Amar es una angustia, una pregunta, una suspensa y luminosa duda; es un querer saber todo lo tuyo y a la vez un temor de al fin saberlo. Amar es reconstruir, cuando te alejas, tus pasos, tus silencios, tus palabras, y pretender seguir tu pensamiento cuando a mi lado, al fin inmóvil, callas. ... | |
1 Inmóvil en la luz, pero danzante, tu movimiento a la quietud que cría en la cima del vértigo se alía deteniendo, no al vuelo, sí al instante. Luz que no se derrama, ya diamante, fija en la rotación del mediodía, sol que no se consume ni se enfría de cenizas y llama equidistante. Tu salto es un segundo ... | |
