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25 poemas aleatorios

 

   Ciego en plaza de toros

   Enzia Verduchi

primeros versos

A la memoria de Alberto Acuña E. Un paso adelante, y puede morir el hombre;un paso atrás y puede morir el arte. José Alameda Porque la tarde apenas nacía en el reflejo de tus lentes oscuros, la barbilla reposada en las manos y las manos aferradas al báculo. Invidente ante la acción ...

 

   Madre nuestra la tierra

   Aurora Reyes

primeros versos

Cuando dormías, Madre elásticas hamacas mecidas por el tiempo , halo de niebla apenas en la blanca serpiente de tu órbita, un diamante de labio transparente cristalizó la sombra de tu cuerpo. Tu corazón fue líquida mirada, juventud sideral enamorada. ...

 

   Hoy llueve, es tu primera lluvia...

   José Carlos Becerra

primeros versos

Hoy llueve, es tu primera lluvia, el abismo deshace su rostro. Cosas que caen por nada. Vacilaciones, pasos de prisa, atropellamientos, crujido de muebles que cambian de sitio, collares rotos de súbito; todo forma parte de este ruido terco de la lluvia. Hoy llueve por nada, por no decir nada. ...

 

   He aquí que estamos reunidos...

   Jaime Sabines

primeros versos

He aquí que estamos reunidos en esta casa como en el Arca de Noé: Blanca, Irene, María y otras muchachas, Jorge, Eliseo, Oscar, Rafael... Vamos a conocernos rápidamente y a fornicar y a olvidarnos. El buey, el tigre, la paloma, el lagarto y el asno, todos juntos...

 

   Huir del olvido

   Sonia Silva Rosas

primeros versos

Para Alí Chumacero Más allá de la primera imagen de la mirada que arrojó Dios Padre sobre estas piedras del mármol que revienta las cuencas de los muertos de las palabras y sílabas y nombres que faltan por nombrar de las sombras aún ocultas en el vacío y los últimos pellizcos de luz , ...

 

   Materia de distintos lais

   Francisco Cervantes

primeros versos

A la sombra más pegada del muro Apenas se le nota; No sin insistencia se remueven Los tonos y las líneas cercadoras. Así la suerte del correo insensato. Entre amantes, amigos o enemigos Su propia vida pasa prontamente: No otra ya tendrá. ¿Recibiste y llevaste las frecuentes ...

 

   A solas

   Luis G. Urbina

primeros versos

Yo soy muy pobre, pero un tesoro guardo en el fondo de mi baúl: una cajita color oro que ata un brillante listón azul. La abro ¿qué tiene?.... Hojas de rosas, secas reliquias de un viejo amor, alas sin polvo, de mariposas, mirtos, gardenias y tuberosas..... ¡Muchos recuerdos en cada flor! El amuleto ...

 

   Otra vez, al lector

   Juan Domingo Argüelles

primeros versos

Tú me pedías poesía como quien frutos desespera del olmo viejo del camino. Cada mañana amanecía y el árbol peras no arrojaba. Cuando vivir no es necesario escribe el cerdo, lee el puerco y se emocionan los marranos. Escucha bien: no hay moraleja: es otra voz la poesía.

 

   En los pistilos

   María Baranda

primeros versos

De luz te vi nacer donde la estirpe de un sol de sangre entre las nubes límpido alumbra la voz de las raíces. Si entro en tu sueño me despierto, amanecen las sombras por tu alcoba, en tu nombre se enciende verde el mundo donde estallan luciérnagas de lumbre. ...

 

   Voz de mis soledades (I)

   Elías Nandino

primeros versos

Estoy solo en el grito inesperado que lanzo en mi sabor de oscuridades para llenar de voz mis soledades y revivir mi ser deshabitado. Mi cuerpo se atormenta, desolado, en una larga sombra de crueldades y el pensamiento rueda en tempestades de presencia de infierno exasperado. ...

 

   Siempre a ti

   Manuel Gutiérrez Nájera

primeros versos

A ti, tan solo a ti, canta mi lira: ahogar quiero la voz de mi garganta, pero es en vano que por ti suspira, y trémula de amor tu nombre canta. Perdona , sí, mi sueño y mi delirio; perdona tanto amor, tanta ternura; mi alma expira en los brazos del martirio y canta, como el cisne, su amargura. ...

 

   Boca

   Griselda Álvarez Ponce de León

primeros versos

En donde la sonrisa es un suceso, agresor el contorno de castigo, el labio al rastrear, como enemigo, la mordida ritual y nido el beso, en donde tiembla el corazón opreso porque al salirse quiere estar conmigo, de otra finalidad su fin desligo: forjada solamente para el beso. ...

 

   Criaturas para la recién casada (Malagua)

   Jorge Esquinca

primeros versos

Náufraga flor, exiliada víscera, Malagua a merced del oleaje, blando cristal que el mar expulsa como a un cáncer. En la espuma de su sueño revolcada, bajo el ciclo de azoro que los niños sostienen al contemplarla con un temblor sagrado. Tal un beso de muchacha núbil, ...

 

   Celebración de la memoria (IX)

   Jorge Ruiz Dueñas

primeros versos

Altamar inunda pastizales acuáticos pone en retirada a los cangrejos

 

   Homenaje

   Griselda Álvarez Ponce de León

primeros versos

¿Homenaje? Cada día recojo mis cenizas sin darme cuenta de mi decadencia exenta de quejumbre o de dolencia asumiendo el trabajo con más prisas. ¡Qué bien estás! -me dicen con sonrisas las compañeras de mi adolescencia. No respondo igual, porque en conciencia, al revisarlas, ...

 

   En el deseo del sueño, 1.4

   Francisco Magaña

primeros versos

Unos dijeron que no es más que el resultado de la casi desapercibida conjunción de los astros. Otros, que es la memoria incendiada de una estrella. Y hubo quien se atrevió a sugerir que era el resultado del choque entre un pájaro ciego y la sombra de un fugitivo. Otro dijo que la palabra ...

 

   Monólogo

   Octavio Paz

primeros versos

Bajo las rotas columnas, entre la nada y el sueño, cruzan mis horas insomnes las sílabas de tu nombre. Tu largo pelo rojizo, relámpago del verano, vibra con dulce violencia en la espalda de la noche. Corriente oscura del sueño que mana entre las ruinas y te construye de nada: ...

 

   Testigo

   Eduardo Zambrano

primeros versos

Al menos aquí en medio del desamparo tuve un testigo: me tuve a mí mismo sin ser la marioneta colgada de una historia, ni la parafernalia literaria entre concursos y limosnas. (De: Reincidencias)

 

   Lengua

   Griselda Álvarez Ponce de León

primeros versos

La sed te seca y el afán te moja; por el poder hilvanas la fatiga y en la punta de flecha el beso hormiga donde enciende la sangre su luz roja. Pistilo de una flor que se deshoja, en la tibia penumbra que te abriga el verbo va medido y se prodiga solo por conseguir lo que se antoja. Palabras...

 

   Llorarte es bueno

   Sabeli Ceballos Franco

primeros versos

Ya he llorado hasta sentirme viva Me he comido de dolor hasta los dientes Llorarte, sí pero lamiendo el mundo Amarte, sí y llorar de amor por eso Llorar sin religión sobre una biblia de lágrimas He pensado demasiado en lo que te falta y me sobra Lloro sin querer, como si hubiesen motivos ...

 

   Medianoche

   Octavio Paz

primeros versos

Es el secreto mediodía, sólo vibrante oscuridad de entraña, plenitud silenciosa de lo vivo. Del alma, ruina y sombra, vértigo de cenizas y vacío, brota un esbelto fuego, una delgada música, una columna de silencio puro, un asombrado río que se levanta de su lecho y fluye, entre los aires, ...

 

   Canto (II)

   Mario Bojórquez

primeros versos

Campo de cebollas Para tu triste deambular Con la brisa bordeando Su hoja espiritual En el surco de llamas Abriéndose En la hendidura de la tierra Con su fruto amargo Su corazón de aire En el cielo apretado Su puño de miserias Decantado licor De almendras amarillas ...

 

   La vida es buena

   Sabeli Ceballos Franco

primeros versos

la vida es buena andando descalzos y en calzones en nuestra casa de tres piezas el sol desafinando en nuestro patio tres cuerpos mojados una manguera vieja y un patito de hule en la bañera la vida es buena cuando dejamos abiertas las puertas para mirarnos para entonar a coro ...

 

   Salomé

   Efrén Rebolledo

primeros versos

Son cual dos mariposas sus ligeros pies, y arrojando el velo que la escuda, aparece magnífica y desnuda al fulgor de los rojos reverberos. Sobre su oscura tez lucen regueros de extrañas gemas, se abre su menuda boca, y prodigan su fragancia cruda frescas flores y raros pebeteros. ...

 

   Eran dos hermanas

   Enrique González Martínez

primeros versos

Eran dos hermanas, eran dos hermanas tristes y pálidas Venía una de ellas de tierras lejanas trayendo en sus hombros un fardo de nostalgias, siempre pensativa, callada, con los ojos vueltos hacia el infinito, los ojos azules de pupilas vagas por los que en momentos hasta parecía salírsele el alma. . . ...