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25 poemas aleatorios

 

   La palabra

   Enriqueta Ochoa

primeros versos

Ahora, cuando se apaga el fuego que arrasó mis llanuras, con su gemido estéril, convalezco bajo un sol tibio con la fuerza enarcada. Sabiamente me alimenta la miel de una colmena inefable. Acaricio la exactitud de las celdillas e infatigable, se enardece mi espíritu, aletea, protege...

 

   Preludio

   Francisco A. de Icaza

primeros versos

También el alma tiene lejanías; hay en la gradación de lo pasado una línea en que penas y alegrías tocan en el confín de lo soñado: también el alma tiene lejanías. En esos horizontes de olvido la sujeción de la memoria pierdo y no sé dónde empieza lo fingido y acaba lo real de mi recuerdo ...

 

   Vagar, vagar

   Alejandro Aura

primeros versos

Poner un pie en la tierra me llevaría sin duda al fin del mundo; un pasito tras otro, conectando el alma al alma, como cuando no podía entrar a la escuela y me echaba a caminar embelesado. Me parece sin embargo que es mía la última hora de esta tarde. La transparencia...

 

   En que describe racionalmente los efectos irracionales del Amor

   Sor Juana Inés de la Cruz

primeros versos

Este amoroso tormento que en mi corazón se ve, sé que lo siento y no sé la causa porque lo siento. Siento una grave agonía por lograr un devaneo, que empieza como deseo y para en melancolía. Y cuando con más terneza mi infeliz estado lloro, sé que estoy triste e ignoro la causa de ...

 

   Epílogo

   José Juan Tablada

primeros versos

¿A qué obstinarse en proseguirla en vano...? Ya terminó la Feria de la Vida, A la paz y el estudio me convida Una luz al crepúsculo encendida En el viejo Convento franciscano... ¡La plaza está desierta Y es triste la partida Sobre el crujir de la hojarasca yerta Al terminar la Feria ...

 

   Un escéptico Noé

   Alberto Blanco

primeros versos

Las voces, oigo las voces cantando en medio del diluvio canciones dulces con el crujir de las vigas que se mecen. Es la lluvia que da sueño, la alabanza del mar cuya paciencia levanta barcos. El canto es bello, pero la violencia que el oro y las ricas maderas suscitan ...

 

   mi país es más pequeño que tu cuerpo...

   Rogelio Guedea

primeros versos

mi país es más pequeño que tu cuerpo. mujer. mi país no cobija como tus manos. realmente no incendia o alborota. no hay sombras como las que te beso. no hay una colina para ver el mar. desde ti yo puedo ver el mar o el alma. desde ti yo puedo combatir. en ti me riego. me despeño. ...

 

   Es tu nombre y es también octubre

   Homero Aridjis

primeros versos

Es tu nombre y es también octubre es el diván y tus ungüentos es ella tú la joven de las turbaciones y son las palomas en vuelos secretos y el último escalón de la torre y es la amada acechando el amor en antemuros y es lo dable en cada movimiento y los objetos y son los pabellones ...

 

   Visita a un oratorio arcaico (I)

   Tomás Segovia

primeros versos

Colección reservada de sonetos votivosI Si te busco y te sueño y te persigo, y deseo tu cuerpo de tal suerte que tan sólo aborrezco ya la muerte porque no me podré acostar contigo; si tantos sueños lúbricos abrigo; si ardiente, y sin pudor, sy en celo, fuerte te quiero ver, ...

 

   Rememoración (segundo tablero)

   Octavio Paz

primeros versos

Con la cabeza lo sabía, no con saber de sangre: es un acorde ser y otro acorde no ser. La misma vibración, el mismo instante ya sin nombre, sin cara. El tiempo, que se come las caras y los nombres, a sí mismo se come. El tiempo...

 

   Epitafio en la tumba de...

   Juan Díaz Covarrubias

primeros versos

Ayes, suspiros, lágrimas, pasiones, que al pasar por el mundo sollozando, mi existencia fugaz fuisteis llenando de sentidas y amargas decepciones. Dichas, sonrisas, dulces ilusiones, horas de amor en que viví soñando, ¡cuan triste realidad estáis mirando de mi tumba ...

 

   Leña

   Griselda Álvarez Ponce de León

primeros versos

Contra mi voluntad hoy me consumo alzo de puntas lívido llameo avivada en el viento del deseo, porque el verano a tu memoria sumo. Mi madera de sándalo perfumo por dar mayor deleite a tu recreo todo lo tengo en ti, nada poseo, fiereza de árbol en paisaje de humo. Córtame leñador, corta...

 

   Dormirme en mí, para soñarme otra...

   Patricia Medina

primeros versos

Dormirme en mí, para soñarme otra para ya no dormirme con los sueños ajenos para permanecer despierta cuando hordas de sueños incumplidos me hagan su residencia. En mí dormirme y parecer despierta y hacer treguas de vida con la otra la que tiene el control de cada sueño ...

 

   Rayendo están dos cabras...

   Francisco de Terrazas

primeros versos

Rayendo están dos cabras de un nudoso y duro ramo seco en la mimbrera, pues ya les fue en la verde primavera dulce, suave, tierno y muy sabroso. Hallan extraño el gusto y amargoso, no hallan ramo bueno en la ribera, que - como su sazón pasada era - pasó también su gusto deleitoso. ...

 

   Las apariciones rutinarias del sol

   Kyra Galván

primeros versos

Todo aquí reside en lavar el otro lado de la estufa y recordar a la abuela rosacruz su baraja española, su afición a Lombsag Rampa y su arte adivinatorio en esta casa llena de noche y sal de ajo. Aquí estoy para limpiar el piso los sábados por la mañana y olvidarme del amanecer. ...

 

   Los novios

   Octavio Paz

primeros versos

Tendidos en la yerba una muchacha y un muchacho. Comen naranjas, cambian besos como las olas cambian sus espumas. Tendidos en la playa una muchacha y un muchacho. Comen limones, cambian besos como las nubes cambian sus espumas. Tendidos bajo tierra una muchacha ...

 

   Con esta lluvia fina...

   Manuel Ponce

primeros versos

Con esta lluvia fina me inundas la cabeza de invitaciones, citas. Y en lluvia de subida, para corresponderte, el alma...

 

   Retorno de Electra

   Enriqueta Ochoa

primeros versos

I Para poderte hablar así, de frente, tuve que echarme toda una vida a llorar sobre tus huesos. Tuve que desandar lo caminado desnudando la piel de mi conciencia. Para poderte hablar tuve que volver a llenarme de aire los pulmones. Y cuidar que no se me encogieran las palabras, ...

 

   Diez líneas para Antoni Tàpies

   Octavio Paz

primeros versos

Sobre las superficies ciudadanas, las deshojadas hojas de los días, sobre los muros desollados, trazas signos carbones, números en llamas. Escritura indeleble del incendio, sus testamentos y sus profecías vueltos ya taciturnos...

 

   Nocturno cuerpo

   Elías Nandino

primeros versos

Cuando de noche, a solas, en tinieblas, fatigado de no sé qué fatiga se derrumba mi cuerpo y se acomoda en la impasible superficie oscura que le sirve de apoyo y de mortaja, yo me tiendo también y me limito al inerme contorno que me entrega, a la isla de olvido en que se olvida. ...

 

   El sufrimiento armado (2)

   Oscar Oliva

primeros versos

Frente a la tumba del comandante Marco Antonio Yon Sosa, en Tuxtla Gutiérrez, escucho el crepúsculo resquebrajándose. Un conejo salta por entre los matorrales. ¿Cómo es su...

 

   Ulises

   Thelma Nava

primeros versos

Ese color le sienta a tu estatura a tu forma de hablar y de mirarme. Navega un barco en la acera de enfrente. El tiempo detiene sus velas y tu llegas náufrago a mis brazos. Solemos pasar el tiempo contando las...

 

   A propósito de Justine

   Maricruz Patiño

primeros versos

... dice Durrell que la pareja es un animal bicéfalo por eso yo prefiero andar a solas con mi propio cuerpo yo se que el beso casto enloquece a las bestias haciéndolas bramar Y eso es hermoso Lo mejor sería un solo cuerpo sin cabeza un corazón radiante y bueno ...

 

   Llorarle era bueno

   Sabeli Ceballos Franco

primeros versos

no pude llorar ayer porque era anti práctico además me la he pasado llorando por dentro ¿qué más da hacerlo por fuera? -pensé antes llorarle era bueno como un cuervo viudo disecado... ser el cuervo es otra cosa me despertó una pesadilla ojalá fuera igual con las pesadillas ...

 

   La palabra dicha

   Octavio Paz

primeros versos

La palabra se levanta de la página escrita. La palabra, labrada estalactita, grabada columna, una a una letra a letra. El eco se congela en la página pétrea. Ánima, blanca como la página, se levanta la palabra. Anda sobre un hilo tendido del silencio al grito, sobre el filo del decir...