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25 poemas aleatorios

 

   Los doce apóstoles mandan por Tamayo

   Alejandro Aura

primeros versos

Caballeros sentados en el éter cantaban espasmódicas salmodias y en el gusto y color de sus melodías dibujábanse gréculas de suéter, grequillas de zigzagues como el rayo, cenefas que entreveran masallases, columnatas, ribetes, antifaces, hojitas de septiembre, enero...

 

   El sufrimiento armado (2)

   Oscar Oliva

primeros versos

Frente a la tumba del comandante Marco Antonio Yon Sosa, en Tuxtla Gutiérrez, escucho el crepúsculo resquebrajándose. Un conejo salta por entre los matorrales. ¿Cómo es su...

 

   En el rigor del vaso que la aclara... (Muerte sin fin)

   José Gorostiza

primeros versos

En el rigor del vaso que la aclara, el agua toma forma ciertamente. Trae una sed de siglos en los belfos, una sed fría, en punta, que ara cauces en el sueño moroso de la tierra, que perfora sus miembros florecidos, como una sangre cáustica, incendiándolos, ay abriendo en ellos] ...

 

   Antes del reino

   Homero Aridjis

primeros versos

I Es tu nombre y es también octubre es el diván y tus ungüentos es ella túla joven de las turbaciones y son las palomas en vuelos secretos y el último escalón de la torre y es la amada acechando el amor en antemuros y es lo dable en cada movimiento y los objetos y son los pabellones y el no estar ...

 

   Iré a Sao Paulo un día

   Fabio Morábito

primeros versos

Naciste en la ciudad más industrial de América Latina, en sus afueras que te han hecho arisca y alérgica al domingo, enfrente de los prados que cruzan los obreros con sus viandas, callados por el frío, para alcanzar el metro. Cuando llegó el momento de caminar con ellos codo a codo, el prado tuvo...

 

   Brazo de mar

   Juan Bañuelos

primeros versos

Más quieta y casta que una justa balanza, o encendida como un puño apretado, sobre la osamenta del día estalla tu sangre que solloza sorprendida. Tierna o terrible, como el pájaro o la espada, he aquí que no puedo estrecharte. Estás prohibida, mujer, ferocidad de muerta; pared que canta...

 

   Mi amigo el silencio

   Enrique González Martínez

primeros versos

Llegó una vez, al preludiar mi queja bajo el amparo de la tarde amiga, y posó su piedad en mi fatiga, y desde aquel entonces no me deja. Con blanca mano, de mi lado aleja el decidor afán y lo mitiga, y a la promesa del callar obliga la fácil voz de la canción añeja. ...

 

   Indiferencia

   Juan Valle

primeros versos

Va a amanecer: gozosa la campana saluda al resplandor que el alba envía; se alza del lecho la doncella pía a rezar su oración de la mañana. Cansada de gozar, la cortesana sale riendo de la alegre orgía; maldice el amador la luz del día, dejando de su amada la ventana. ...

 

   Vagar, vagar

   Alejandro Aura

primeros versos

Poner un pie en la tierra me llevaría sin duda al fin del mundo; un pasito tras otro, conectando el alma al alma, como cuando no podía entrar a la escuela y me echaba a caminar embelesado. Me parece sin embargo que es mía la última hora de esta tarde. La transparencia...

 

   Tepeyólotl: Corazón del monte

   Efraín Bartolomé

primeros versos

Todavía llegaba el gato grande a hacer perjuicio a veces Todavía se oían los rumores Se oía que un relámpago entró y no dejó más señas que unas manchas de sangre Todavía se ponía de puntas el vello de la espalda ante la huella hundida —bien marcada en el lodo...

 

   Cómo nació el Uinal (Itzaes (textos del Chilam Balam de Chumayel)

   Poesía maya

primeros versos

Versión castellana Así explicó el primer gran sabio Merchise, el primer profeta Napuctun, primer sacerdote solar. Asi es la canción. Sucedió que nació el mes ahí donde no había despertado la tierra antiguamente. Y empezó a caminar por sí mismo. Y dijo su abuela materna, y dijo su tía, ...

 

   Silvio, yo te aborrezco, y aun condeno...

   Sor Juana Inés de la Cruz

primeros versos

Prosigue en su pesar; y dice que aun no quisiera aborrecer a tan indigno sujeto, por no tenerle así aún cerca del corazón Silvio, yo te aborrezco, y aun condeno el que estés de esta suerte en mi sentido: que infama el hierro el escorpión herido, y a quien lo huella, mancha inmundo el cieno. ...

 

   Soneto I

   Carlos Pellicer

primeros versos

Vuelvo a ti, soledad, agua vacía, agua de mis imágenes, tan muerta, nube de mis palabras, tan desierta, noche de la indecible poesía. Por ti la misma sangre tuya y mía corre el alma de nadie siempre abierta. Por ti la angustia es sombra de la puerta que no se abre de noche ni de día. ...

 

   Estrella en alto

   Efraín Huerta

primeros versos

En el taller del alma maduran los deseos, crece, fresca y lozana, la ternura, imitando tu sombra, inventando tu ausencia tan honda y sostenida. Hoy te sueño, amante: estrella en alto, huella de una violeta lenta. Oscuramente bella la soledad germina en torno de mi cuerpo. Hoy te sueño, amante:. ...

 

   Décimas a mi muerte (II)

   Elías Nandino

primeros versos

De tanto saberte mía, muerte, mi muerte sedienta, no hay minuto en que no me sienta tu invasión lenta y sombría. Antes no te conocía o procuraba ignorarte, pero al sentirte y pensarte he podido comprender que vivir es aprender a morir para encontrarte.

 

   Puerto Arista

   Marisa Trejo Sirvent

primeros versos

Hay luces en los ojos de los peces que los barcos capturan por la noche, aromas en el aire de cangrejos dormidos, fósiles transformándose en espuma. Más tarde la madrugada tirará otras estrellas la brisa no azotará más las ventanas. En ellas aparecerá la marina de cobre de sus olas ...

 

   Paisaje

   Maricruz Patiño

primeros versos

Ya lleva el viento su canción por el valle y en la rama estalla una flor de plumas con su canto batir de alas en el silencio de la campana Son casi las seis y en el árbol los pájaros tienen una fiesta. De: Del mundo y otros cielos. 2004

 

   Poema en tu cuerpo

   Elías Nandino

primeros versos

¿Por qué no soy yo tu cuerpo sobre mi cuerpo desnudo para abrazarme a mi tronco y sentir que soy yo mismo ascendiendo por mis muslos? ¿Por qué no soy yo tus ojos para mirarme los míos y decirme con miradas lo que al mirarte te digo? ¿Por qué no soy yo tu boca para besarme ...

 

   A Thais

   Luis G. Urbina

primeros versos

Beso tus ojos tristes como suele sus reliquias besar, en tanto reza, una anciana piadosa. Y tu cabeza que a perfumadas liviandades huele, beso, porque mi beso te consuele, mi beso que es unción y que es tristeza, mi beso que está limpio de impureza, mi beso que no mancha y no duele. ...

 

   Más que vaso -tambíen- más providente... (Muerte sin fin)

   José Gorostiza

primeros versos

¡Mas qué vaso también más providente! Tal vez esta oquedad que nos estrecha en islas de monólogos sin eco, aunque se llama Dios, no sea sino un vaso que nos amolda el alma perdidiza, pero que acaso el alma sólo advierte en una transparencia acumulada que tiñe la noción de Él, de azul. ...

 

   Take five

   Marisa Trejo Sirvent

primeros versos

Hay un motivo, unas gotas de lluvia un cigarro y un jazz para olvidar las nubes de un cielo que no es mío. El saxofón que trae recuerdos de comidas cubanas con palmeras y brisa, las plantas y las yerbas del trópico las risas de los niños que juegan con granizos que aquí no existen. ...

 

   Elegías del amado fantasma (Segunda elegía)

   Rosario Castellanos

primeros versos

I Convaleciente de tu amor y débil como el que ha aposentado largamente en sí mismo agonías y fiebres, salgo, purificada y tambaleante, al reclamo de calles y de patios. ¡Qué algarabía de ruidos confusos y de olores mezclado! ¡Qué agresivo desorden de colores esparcidos! ...

 

   Currículum Vitae

   Sergio Cordero

primeros versos

Dilapidó en estúpidos proyectos el caudal de su ira y después miró ante sí una puerta. Fatigado, tuvo que recargarse en el dintel de sus cuarenta años antes de abrir la puerta y contemplar sus perspectivas.Más allá, el futuro o el destino - el nombre es lo de menos - le dieron a elegir ...

 

   Las aves ven

   Coral Bracho

primeros versos

Es el arco que encierra y que sostiene la imagen: la plenitud del mar. Luz de insaciada transparencia. Bajo la tierra se entreteje la historia: aguas que engendran sus recintos. Bullir de peces Ecos que dejan su opacidad, briznas, rastros que emergen. ...

 

   Miss X

   Jaime Sabines

primeros versos

Miss X, sí, la menuda Miss Equis, llegó, por fin, a mi esperanza: alrededor de sus ojos, breve, infinita, sin saber nada. Es ágil y limpia como el viento tierno de la madrugada, alegre y suave y honda como la yerba bajo el agua. Se pone triste a veces con esa tristeza mural...