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25 poemas aleatorios

 

   El desastre

   Jorge Valdés Díaz - Vélez

primeros versos

El ángel de pasión dejó tu casa con un desorden tal que no sabías por dónde comenzar: copas vacías, ceniza por doquier. Y su amenaza rotunda de carmín: En la terraza te aguardo. Un beso. Adiós . Tú conocías la forma de cumplir sus profecías. Temblaste al recordar: ...

 

   Décima muerte

   Xavier Villaurrutia

primeros versos

¡Qué prueba de la existencia habrá mayor que la suerte de estar viviendo sin verte y muriendo en tu presencia! Esta lúcida conciencia de amar a lo nunca visto y de esperar lo imprevisto; este caer sin llegar es la angustia de pensar que puesto que muero existo. Si en todas partes estás, ...

 

   A una flor

   Manuel Acuña

primeros versos

Cuando tu broche apenas se entreabría para aspirar la dicha y el contento ¿te doblas ya y cansada y sin aliento, te entregas al dolor y a la agonía? ¿No ves, acaso, que esa sombra impía que ennegrece el azul del firmamento nube es tan sólo que al soplar el viento, te dejará de nuevo ver el día?... ...

 

   Mudanza

   Fabio Morábito

primeros versos

A fuerza de mudarme he aprendido a no pegar los muebles a los muros, a no clavar muy hondo, a atornillar sólo lo justo. He aprendido a respetar las huellas de los viejos inquilinos: un clavo, una moldura, una pequeña ménsula, que dejó en su lugar aunque me estorben. Algunas manchas ...

 

   Bajo las palmas

   Manuel María Flores

primeros versos

Morena por el sol de mediodía que en llama de oro fúlgido la baña, es la agreste beldad del alma mía, la rosa tropical de la montaña. Dióle la selva su belleza ardiente; dióle la palma su gallardo talle; en su pasión hay algo del torrente que se despeña desbordado al valle. Sus miradas son luz, ...

 

   Venir del barro...

   Luis Alberto Arellano

primeros versos

Venir del barro y hacer del polvo un consejero. Que duerma tu cabeza alejada de los ventanales. Nunca dejar mayores huellas que la de tu sombra rozando el horizonte. Hacer de cuenta que la ruta nos es conocida y fingirle a todos el hábito de la memoria. Nunca, por ningún motivo, ...

 

   Carretero! (¡Carretero!)

   Rubén C. Navarro

primeros versos

Por el polvoso camino va la carreta chirriando... y, en la cimera de un pino, ¡un pájaro está rimando el Madrigal de su trino...! ...................... -¡Carretero! ¡Carretero, que vas alegre cantando por el polvoso camino! ¡Preciso es ir más ligero que tu ausencia está penando la chica de tu vecino...! ...

 

   Nuevo rostro

   Octavio Paz

primeros versos

La noche borra noches en tu rostro, derrama aceites en tus secos párpados, quema en tu frente el pensamiento y atrás del pensamiento la memoria. Entre las sombras que te anegan otro rostro amanece. Y siento que a mi lado no eres tú la que duerme, sino la niña aquella que fuiste ...

 

   Vida de los animales y las plantas

   Margarito Cuéllar

primeros versos

La luz es importante para la respiración de los peces y la movilidad de las esporas. El sabor de la sandía es rojo. El sueño del mar es verde. Un vaquero juega con una vaca pinta en la sala de su casa. Una mujer desnuda, a cualquier hora del sueño, es un peligro para el tráfico. ...

 

   Las urgencias de un Dios

   Enriqueta Ochoa

primeros versos

¡Cuánto girón de cielo prometido que no puedo creer, que no logra sitiarme ni adormecer mi sien ni incitarme el afán! No rebusquen más mitos en mis labios. Soy la furia salvaje de una criatura abandonada en el monte sin conocer más padre que el sol que ha requemado mi epidermis ...

 

   en el cielo crecido de fulgor...

   Rogelio Guedea

primeros versos

en el cielo crecido de fulgor. agrio de noches que comí. recordé la vez que mamá me sacó como pedazo arrancado de su carne. recordé un día esa noche que no podía salir de su carne magullada. sucia como casa que no alquiló nunca la alegría. condenada estuvo de mí a tenerme. ...

 

   Agua-fuerte

   José Juan Tablada

primeros versos

Pasas trotando como si huyeras y se diría que antros de vicio buscando fueras con las pupilas ardiendo al día entre la sombra de las ojeras... Tu cuerpo trémulo se arrebuja con turbadores gestos de vicio, y vas furtiva como una bruja bajo las iras del Santo Oficio. ...

 

   Romance de nuestra señora de Guadalupe sumergida en Caleta

   Manuel Ponce

primeros versos

Gaviota Guadalupana submarina y marinera, Los ángeles te bajaron de tu almanaque de piedra. Y descendiste hasta el fondo a tocar las entretelas del mar que, todo amargura, es un corazón que tiembla. Tus camarines de vidrio cantan una pastorela de rebaños escamosos...

 

   por qué

   Blanca Mateos

primeros versos

por qué las siluetas se han ido formando en el recuerdo y en cada rayo que se estampa contra el muro hay un eco desdoblando las esquinas por qué la luz que se abre al horizonte y el humo invencible de los sueños van absorbiendo una inmovilidad de círculos danzantes por qué el pensamiento ...

 

   Vigilias

   Jaime Augusto Shelley

primeros versos

1 Quise que me conociera como realmente soy. Dejé atrás todas las trampas. En estado de alcohol grité, imploré, ofendí; vomité dolor y miedo sobre su regazo. Cuando me vio, sombrío en la humedad, febril por el desorden, revolcado y puro, casi un recién nacido, sin duda por el tanto amor, ...

 

   Algo sobre la muerte del Mayor Sabines (2a. parte-III)

   Jaime Sabines

primeros versos

Sigue el mundo su paso, rueda el tiempo y van y vienen máscaras. Amanece el dolor un día tras otro, nos rodeamos de amigos y fantasmas, parece a veces que un alambre estira la sangre, que una flor estalla, que el corazón da frutas, y el cansancio canta...

 

   Orillejos

   Margarito Ledesma

primeros versos

¿Quién me llama la atención? -El Estación. ¿Quién hay que mis pesares calme? -El Empalme. ¿Y quién sofoca mis males? -De González. Por eso mi pobre corazón tiene unas ganas fatales de pasiarse por el Estación del Empalme de González. ¿Qué como cuando hago rimas? ...

 

   Haz que tenga piedad de Ti, Dios mío

   Carlos Pellicer

primeros versos

Haz que tenga piedad de Ti, Dios mío, huérfano de mi amor, callas y esperas. En cautas y andrajosas primaveras me viste arder buscando un atavío. Vuelve donde a las rosas el rocío conduce al festival de sus vidrieras. Llaga que en tu costado reverberas, no tiene en mí ni un leve escalofrío. ...

 

   Espiración

   Octavio Paz

primeros versos

Cielos de fin de mundo. Son las cinco. Sombras blancas: ¿son voces o son pájaros? Contra mi sien, latidos de motores. Tiempo de luz: memoria, torre hendida, pausa vacía entre dos claridades. Todas sus piedras vueltas pensamiento la ciudad se desprende de sí...

 

   La visita

   Luis G. Urbina

primeros versos

Ha de venir. Vendrá. ¿Cuándo?... No sé. Muy pronto. Escucho ya su voz remota y sus pisadas oigo. Abre la puerta, alma; que no te tenga que llamar. Y que esté dispuesto todo: apagado el fogón, limpia la casa, y el blanco cirio de la fe, en el fondo. Ha de venir. Vendrá. Calladamente me tomará ...

 

   Avenida Juárez

   Efraín Huerta

primeros versos

Uno pierde los días, la fuerza y el amor a la patria, el cálido amor a la mujer cálidamente amada, la voluntad de vivir, el sueño y el derecho a la ternura; uno va por ahí, antorcha, paz, luminoso deseo, deseos ocultos, lleno de locura y descubrimientos, ...

 

   Paisaje de sol

   Francisco A. de Icaza

primeros versos

Azul cobalto el cielo, gris la llanura de un blanco tan intenso la carretera, que hiere la retina con la blancura de la plata bruñida que reverbera. Allá lejos, muy lejos, una palmera, tras unas tapias rojas, a grande altura, como el airón flotante de una cimera, levanta su penacho de fronda ...

 

   Los gorriones

   Alberto Blanco

primeros versos

Bajan de nueva cuenta hasta el jardín bajan en grupo, solos, en parejas en busca de semillas o de pan, de agua fresca, de frutos o de insectos pero los amilana una mirada. Siguiendo loa atávicos auspicios de su naturaleza, los gorriones alzan el vuelo y tímidos se posan en los cables ...

 

   Y tu retórica

   Gilberto Owen

primeros versos

Si lo escribió mi prisa feliz, ¿con qué palabras, cómo dije: palomas cálidas de tu pecho ? En sus picos leería: brasa, guinda, clamor, pero la luz recuerda más duro su contorno y el aire el inflexible número de su arrullo. Y diría: palomas de azúcar de tu pecho , si endulzaban el agua ...

 

   El mediodía parte el arroyo...

   Homero Aridjis

primeros versos

El mediodía parte el arroyo en delgadas mitades de sonido saca del lomo de la bestia crepitación y humo todo lo que es húmedo la hora lo ha bebido todo lo que respira en mi interior descansa las casas y el árbol tienen la oscuridad abajo ojos de tierra roja beben...