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25 poemas aleatorios | |
Estos ojos han visto cosas que me han plomeado la pupila, han mirado otras más que sofocan el iris o alteran su atónita respuesta ante la luz. Estos ojos diluidos por algunos libros, sorprendidos por escenas que los cines de provincias censuraban, he de donarlos para que desde... | |
NO ES BONITO el lenguaje, es tortuoso en su diafanidad de niebla, alondra en el pináculo del miedo, a la vista de todos. No es bonito aunque inspire la mar o la dorada certidumbre en los cabellos de Laura o de Breatrice. Animal de imprevistos, no sabe lo que mira. ... | |
Descorro las cortinas de la noche y entra el rumor de Tuxtla hasta el cuarto de hotel donde como una cicatriz del aire arde el recuerdo de tu cuerpo La limpieza perfecta del espejo me devuelve una imagen incompleta borrosa... | |
Nombra el poeta con un silencio ante la cosa oscura, con un grito ante el objeto luminoso. Pero ¿qué cosa dicen de las cosas los nombres? ¿Se conoce al gallo por la cresta guerrera de su nombre, gallo? ¿Dice mi nombre, Eduardo, algo de mí? Cuando nací ya estaba creado el nombre, ... | |
A una mujer que va de viaje al mar es inútil llenarla de palabras. El mar le chupa los vertederos de la sinovia, le abrillanta la voz, dibuja su abdomen en la arena, le corta la respiración con sus alfanjes herrumbrados. A una mujer que va de viaje al mar no le hablen de la tierra firme ... | |
Es el tiempo inaplazable, nuestro tiempo, avejentado mirador hombro atrás que mira tras de sí. Sin palabras, sin sucesos. Dejando atrás paradójicamente la mirada. Rugosa piel interminable humedecida entre jornadas. Es el sol y es el agua. Hay desplomes salobres de la vista y avidez. ... | |
La soledad es una cápsula centrada en la palestra de la tarde, bóveda empotrada en la meseta que es el altiplano del hastío. Nadie se encuentra en casa, por ende no hay voz que cisme el tedio como un cubo de hielo. Sólo de pronto se oye crujir el dorso de una puerta como un barniz ansioso. ... | |
Tu carne olía ricamente a otoño, a húmedas hojas muertas, a resinas, a cítricos aceites y a glisinas y a la etérea fragancia del madroño. Hábil como una boca era tu coño. Siempre había, después de tus felinas agonías de gozo, en las divinas frondas de tu deseo, otro retoño. ... | |
El humo fatuo en el espejo velo de la sombra cubre los ojos del que duerme los habitantes del sueño nos llevan con ellos para mostrarnos el eterno follaje de la vida. De: Tramontana Poema proporcionado por la autora | |
Deja que llegue a ti, deja que ahonde como el minero en busca del tesoro, que en tu alma negra la virtud se esconde como en el seno de la tierra el oro. ¡Alma sombría, ayer inmaculada! Tu caída me asombra y me entristece. ¿Qué culpa ha de tener la nieve hollada si el paso del viajero la ennegrece? ... | |
La frase que no hemos dicho, cierta respiración de la boca en el apetito del sueño, el silencio que comienza como una bandada de pájaros; yo he depositado esa frase en el plato donde nos sirven la cabeza del Bautista. Estoy aquí después de extraviar mi mejor ofrecimiento, ... | |
Espero curarme de ti en unos días. Debo dejar de fumarte, de beberte, de pensarte. Es posible. Siguiendo las prescripciones de la moral en turno. Me receto tiempo, abstinencia, soledad. ¿Te parece bien que te quiera nada más una semana? No es mucho... | |
Temí... no el gran amor. Fui inmunizada a tiempo y para siempre con un beso anacrónico y la entrega ficticia capaz de simular hasta el rechazo y por el juramento, que no es más retórico porque no es más solemne. No, no temí la pira que me consumiría sino el cerillo mal prendido ... | |
Hoy llueve, es tu primera lluvia, el abismo deshace su rostro. Cosas que caen por nada. Vacilaciones, pasos de prisa, atropellamientos, crujido de muebles que cambian de sitio, collares rotos de súbito; todo forma parte de este ruido terco de la lluvia. Hoy llueve por nada, por no decir nada. ... | |
De niña me enseñaron que yo era una manzana y el hombre era el cuchillo. Las mujeres teníamos que lograr que nos pelaran se hundieran hasta el mango en nuestra carne y le dieran salida a las semillas. Ya en espiral -con nuestra piel deforme, oscura por el tiempo- ... | |
Después que me miraste, qué gracia y hermosura en mí dejaste SAN JUAN DE LA CRUZ Como raudo rayo fecundado el Amor desciende. Con sus garras abre surcos en la tierra. Y crece el musgo, el limo blanco, el árbol venerado por la tribu. Y la ternura crece sobre el alba. ... | |
El poema íntimo, el que no escribo: solo lo cohabito contigo. | |
Otra vez donde estuvo El Nómada se sienta Y mira los caminos Gravemente domados por sus tiendas (Siempre viajó hacia ahora Y nunca nada está más lejos Que lo que queda atrás) Y entiende que no fue tan venenoso el mundo Con el que contagió largamente su sangre ... | |
Entre ahora y ahora entre yo soy y tú eres la palabra puente. Entras en ti misma al entrar en ella: como un anillo el mundo se cierra. De una orilla a otra siempre se tiende... | |
También el hombre que partió a un retorno Que hizo con pulso firme el equipaje Y tomó de la mano a su mirada Para llevarla allá A que beba de nuevo Lo que ella y no ve que bebió un día También ése retorna Y si volver tiene aún la fuerza De callar largamente ... | |
Las cosas que entran por el silencio empiezan a llegar al cuarto. Lo sabemos, porque nos dejamos olvidados allá adentro los ojos. La soledad llega por los espejos vacíos; la muerte baja de los cuadros, rompiendo las vitrinas de museo; los rincones se abren como granadas para que entre el grillo ... | |
Tengo miedo a los pordioseros me persiguen hasta mi cuarto hasta la oscuridad de la conciencia Llegan a mí como espectros por la noche con sus ojos que son monedas que son mendrugos escasos que ofrecí Y sin piernas el alma se arrastra demanda atención a esa hambre que no conocemos : ... | |
1 Quise que me conociera como realmente soy. Dejé atrás todas las trampas. En estado de alcohol grité, imploré, ofendí; vomité dolor y miedo sobre su regazo. Cuando me vio, sombrío en la humedad, febril por el desorden, revolcado y puro, casi un recién nacido, sin duda por el tanto amor, ... | |
la llama viva de san juan alumbra noches donde nada tuyo vi. la llama viva de san juan en mi cuartito frío alumbra. es una aurora donde te busqué. un sol caído en gajos o retazos que arden como las pajas del querer. adiós adiós decías llorando cuando la llama viva de san juan aún no ardía. ... | |
Ábrese el fuego, y salta la burbuja metálica de un pez; barre los ojos una flor instantánea; doble salto mortal, ensaya el corazón. Amigos, algo mejor gocemos que un lamento. Ya, para no caerme, estoy colgado de tu clavo, alegría; de tu absorto badajo, de tu azúcar infalible... | |
