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listado de poemas en video por primeros versos letra s

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8 poemas con la letra "s"

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El peatón de Jaime Sabines
Se dice, se rumora, afirman en los salones, en las fiestas, alguien o algunos enterados, que Jaime Sabines es un gran poeta. O cuando menos un buen poeta. O un poeta decente, valioso. O simplemente, pero realmente, un poeta. Le llega la noticia a Jaime...
Si sobrevives... de Jaime Sabines
Si sobrevives, si persistes, canta, sueña, emborráchate. Es el tiempo del frío: ama, apresúrate. El viento de las horas barre las calles, los caminos. Los árboles...
Otra carta de Jaime Sabines
Siempre estás a mi lado y yo te lo agradezco. Cuando la cólera me muerde, o cuando estoy triste untado con el bálsamo para la tristeza como para morirme apareces distante, intocable, junto a mí. Me miras como a un niño y se me olvida todo y ya sólo te quiero alegre...
Siéntate ahí... de Francisco Hernández
Siéntate ahí, sobre esa piedra, la más blanca, a la entrada de la casa en ruinas. Abre las piernas. Así. Ahora sube la izquierda al escalón, el menos claro, y permite al rebozo acomodarse en la rodilla. ¿Te quitaste el cinturón de castidad como te lo pedí? Sonríe sin mirar a la cámara...
Sólo en sueños... de Jaime Sabines
Sólo en sueños, sólo en el otro mundo del sueño te consigo, a ciertas horas, cuando cierro puertas detrás de mí. ¡Con qué desprecio he visto a los que sueñan, y ahora estoy preso en su sortilegio, atrapado en su red! ¡Con qué morboso deleite te introduzco en la casa...
Niño mío - de la gran Ocultadora de Frida Kahlo
Son las seis de la mañana y los guajolotes cantan. Calor de humana ternura. Soledad acompañada. Jamás en toda la vida olvidaré tu presencia. Me acogiste destrozada y me devolviste entera, íntegra. En esta pequeña tierra dónde pondré la mirada? ¡Tan inmensa, tan profunda! Ya no hay...
Subo al despeñadero... de Efraín Bartolomé
Subo al despeñadero Me paro en la gran piedra: el amplio valle duerme bajo el esplendor Veo esos hilos de agua esos leves arroyos esos bravos torrentes esos ríos menores esos ríos mayúsculos internándose en los huertos de Dios...
Paisaje de Bernardo Ortiz de Montellano
Suspira el tiempo goloso en el seno de la tarde, que arrastra fino rebozo por los campos que Dios guarde. Los magueyales matizan con verdes moños la tierra y, a lo lejos, se precisan los contornos de la sierra. La sierra que abre los brazos protegiendo la campiña: la de los maizales...