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25 poemas aleatorios en video

 
   Historia del asedio Historia del asedio  de André Cruchaga

   André Cruchaga
      Por André Cruchaga    
primeros versos

Hay jardines que mis ojos no ven. Ningún pie cabe en el lugar Donde guardo las colillas que las manos tiran a cucharadas. Ningún día me habla con sombreros impermeables, con tazas De café o con el corazón abierto de los niños. En la pizarra Del grito hay furias, y hasta rostros de infatigable ceniza...

 
   Periplo Periplo de José Kozer

   José Kozer
      Por José Kozer    
primeros versos

La racha canta la racha canta el huracanado viento en los batientes de la ventana: el golpe es verde, verde y cruje la corteza del árbol del jardín, crujen las dos blancas mecedores junto al aljibe llenándose, el agua del viento huracanado es impensable...

 
   Bebida Bebida de Carmen Boullosa

   Carmen Boullosa
      Por Carmen Boullosa    
primeros versos

Bebo la oscuridad del incrédulo del vaso de tu boca. Tomo por hueso el beso, que es desnudo y es del muerto el habla, y es del vivo adorno, es rulo, verdad, afeite, máscara y desnudo. Recibo del abrazo el rasgón. Sueño de tu ojo la afección por mí, luego el consuelo y el amor...

 
   Sobre el promontorio, la casa era un cascarón... (fragmento) Sobre el promontorio, la casa era un cascarón... (fragmento) de Marosa Di Giorgio

   Marosa Di Giorgio
      Por Marosa Di Giorgio    
primeros versos

Sobre el promontorio, la casa era un cascarón macabro. Tuve miedo. La fiebre me hacía delirar un poco. Me asomé a la ventana. La medianoche tenía luna. Una alta luna, entera y sombría. Los magnolios se ilusionaban y querían estallar sus pimpollos como balas blancas...

 
   Palomas Palomas de Jorge Meretta

   Jorge Meretta
      Por Jorge Meretta    
primeros versos

Convenzo a un traje negro por el deudo dispongo un crucifijo a los testigos para la cremación de todas las palomas cada mañana cuando el párroco enloquece con su cuerda las campanas espantándole a Dios todos sus muertos...

 
   Cuando esta red de sombras que no entiendo... Cuando esta red de sombras que no entiendo... de Pedro Piccatto

   Pedro Piccatto
      Por Mercedes Ramírez    
primeros versos

Cuando esta red de sombras que no entiendo con dominio sutil, ciñe mi vida nunca me salva. Ni la palabra pura de mi madre ni los círculos finos de un poema. Cuando la siento, insinuadora y trágica, trepar mi vida como falsa hiedra,nada me salva. Ni los círculos finos de un poema...

 
   José Mantecón del Palacio. Nació en Almería en 1874. Murió en 1902. (fragmento) José Mantecón del Palacio. Nació en Almería en 1874. Murió en 1902. (fragmento) de Antonio Machado

   Antonio Machado
      Por Darío Grandinetti    
primeros versos

El aire por donde pasas, niña, se incendia, y a la algura de tus ojos relampaguea. Grande Dios mi barco de la nube negra y guarde mi corazón del aire de mi morena. No me mires más, o si me miras avisa cuándo me vas a mirar. ¡Dios mío, si no llegara!...

 
   Donde nunca jamás se lo imaginan Donde nunca jamás se lo imaginan de Eliseo Diego

   Eliseo Diego
      Por Eliseo Diego    
primeros versos

Entonces ya es seguro que estás muerto No volveremos otra vez a verte Jugar con el aliento de los hartos Al escribir como al desgano: Che, Sobre el dineroEntre leyendas Viniste brevemente a nuestro día Para después marcharte entre leyendas. Cruzabas en la sombra, rápido...

 
   No sé por qué piensas tú... No sé por qué piensas tú... de Nicolás Guillén

   Nicolás Guillén
      Por Eliseo Diego    
primeros versos

No sé por qué piensas tú, soldado, que te odio yo, si somos la misma cosa yo, tú. Tú eres pobre, lo soy yo; soy de abajo, lo eres tú; ¿de dónde has sacado tú, soldado, que te odio yo? Me duele que a veces tú te olvides de quién soy yo...

 
   Agua de remanso Agua de remanso de Thiago de Mello

   Thiago de Mello
      Por Thiago de Mello    
primeros versos

Ternura: honda manera cristalina de mi ser. Agua de remanso, brisa mansa, luz de amanecer. Nunca es la pena que muerde. Jamás la turbia esquivez, el apego al gris, la fría concha que enciende en el alma una brasa de malogro. Es el gusto de la vida...

 
   El poeta dice la verdad El poeta dice la verdad de Federico García Lorca

   Federico García Lorca
      Por Cecilia Salerno    
primeros versos

Quiero llorar mi pena y te lo digo para que tú me quieras y me llores en un anochecer de ruiseñores con un puñal, con besos y contigo. Quiero matar al único testigo para el asesinato de mis flores y convertir mi llanto y mis sudores en eterno montón de duro trigo...

 
   Dulzura con que se aman... Dulzura con que se aman... de Ernesto Cardenal

   Ernesto Cardenal
      Por Ernesto Cardenal    
primeros versos

Dulzura con que se aman en parques o en cines o en alcobas, y como será la de nosotros, tanta que no la sienten los sentidos, dulzura más allá de la dulzura ¡ay! más allá. Como la pareja impaciente en los parques...

 
   Pero ¿Por qué habla tan alto el español? Pero ¿Por qué habla tan alto el español? de León Felipe

   León Felipe
      Por Héctor Alterio    
primeros versos

Este tono levantado del español es un defecto, viejo ya, de raza. Viejo e incurable. Es una enfermedad crónica. Tenemos los españoles la garganta destemplada y en carne viva. Hablamos a grito herido y estamos desentonados para siempre...

 
   Otra carta Otra carta de Jaime Sabines

   Jaime Sabines
      Por Jaime Sabines    
primeros versos

Siempre estás a mi lado y yo te lo agradezco. Cuando la cólera me muerde, o cuando estoy triste untado con el bálsamo para la tristeza como para morirme apareces distante, intocable, junto a mí. Me miras como a un niño y se me olvida todo y ya sólo te quiero alegre, dolorosamente...

 
   El suicida El suicida de Jorge Luis Borges

   Jorge Luis Borges
      Por Eduardo Lizalde    
primeros versos

No quedará en la noche una estrella. No quedará la noche. Moriré y conmigo la suma del intolerable universo. Borraré las pirámides, las medallas, los continentes y las caras. Borraré las pirámides, las medallas, los continentes y las caras. Borraré la acumulación del pasado. Haré polvo la historia…

 
   Porque llovía triste... Porque llovía triste... de Francisco Caro

   Francisco Caro
      Por Francisco Caro    
primeros versos

Porque llovía triste paré el Skoda al borde de tus pasos, de la acera, de tu cadera grito, de tu espalda de prisas y aguacate. Se asomó tu sorpresa por el cristal, llovía llovía y te subiste un instante tan sólo antes de que mi sed te reclamara. Que estabas empapada de la sombra de todas las acacias...

 
   Paisaje con policías Paisaje con policías de Eduardo Mileo

   Eduardo Mileo
      Por Julieta Díaz    
primeros versos

Por la vereda del sol camina el resto de los mortales. Por la vereda de la lluvia se hacina el sin trabajo. Él sabe que se trata de cruzar la vereda. Pero la calle esta dura. Y llena de policías. Canta el sin trabajo algo parecido a un rumor...

 
   Acción de gracias Acción de gracias de Carlos Germán Belli

   Carlos Germán Belli
      Por Carlos Germán Belli    
primeros versos

No, no sé bien si me veré en los altos de una farmacia frente al Mar del Sur, en una noche de Setiembre tibio; en cambio amanecido a las orillas de una laguna en medio del desierto, exactamente nueve meses antes (que Huacachina así se llama el punto); no se cual será la visión postrera...

 
   El son del ángel de la ciudad (fragmento) El son del ángel de la ciudad (fragmento) de Carmen Boullosa

   Carmen Boullosa
      Por Carmen Boullosa    
primeros versos

No oigo lo que tengo que decirles. La voz que saca de las palabras la chispa del frote, la antesala del fuego, no se presenta. Estoy sorda. Siento en la carne el dardo del llanto de la triste langosta canadiense: chilla cuando han de matarla. El animal ha venido aquí sólo a perseguir su muerte...

 
   Ruiseñores de nuevo Ruiseñores de nuevo de Juan Gelman

   Juan Gelman
      Por Juan Gelman    
primeros versos

en el gran cielo de la poesía/mejor dicho/ en la tierra o mundo de la poesía que incluye cielos/astrosdioses/mortales está cantando el ruiseñor de keats/siempre/ pasa rimbaud empuñando sus 17 años como la llama de amor viva desan juan/ a la teresa se le dobla el dolor...

 
   Qué costumbre tan salvaje... Qué costumbre tan salvaje... de Jaime Sabines

   Jaime Sabines
      Por Jaime Sabines    
primeros versos

Qué costumbre tan salvaje esta de enterrar a los muertos!, ¡de matarlos, de aniquilarlos, de borrarlos de la tierra! Es tratarlos alevosamente, es negarles la posibilidad de revivir. Yo siempre estoy esperando a que los muertos se levanten, que rompan el ataúd y digan alegremente: ¿por qué lloras?...

 
   Para hacer un talismán Para hacer un talismán de Olga Orozco

   Olga Orozco
      Por Olga Orozco    
primeros versos

Se necesita sólo tu corazón hecho a la viva imagen de tu demonio o de tu dios. Un corazón apenas, como un crisol de brasas para la idolatría. Nada más que un indefenso corazón enamorado. Déjalo a la intemperie, donde la hierba aúlle sus endechas de nodriza loca y no pueda dormir...

 
   Cuestión de fe Cuestión de fe de José Watanabe

   José Watanabe
      Por José Watanabe    
primeros versos

Cómo sería la luz de la madrugada en que Abraham, el hombre de la cerrada fe, subió al monte Moriah llevando de la mano a su unigénito Isaac? Tiene que haber sido una luz hondamente azul como la de este amanecer: en aquel azul Abraham imaginaba la vibrante sangre de su hijo en el cuchillo...

 
   Poniente sobre el mar del miércoles 1o de marzo de 1972 Poniente sobre el mar del miércoles 1o de marzo de 1972 de Amanda Berenguer

   Amanda Berenguer
      Por Amanda Berenguer    
primeros versos

Porque hunde usted su cabeza cortada en el filo del agua azul marino su cabeza entre pájaros suspensos nubes alas pendientes del tono final de las guindas porque desciende usted rojo al patíbulo del horizonte señor del día poderoso y vencido soporto la sombra el engaño las pesadillas...

 
   Dicen… Dicen… de Nuria Parés

   Nuria Parés
      Por Nuria Parés    
primeros versos

Anda por todas partes. Lo he leído y lo sigo leyendo todavía. Anda por todos lados, anda en todos los ojos que lo miran brillar en la blancura de las páginas con su cándida luz inofensiva. Que soy, que somos (nos lo dicen) la España peregrina...