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El día separado por sus sombras...

El día separado por sus sombras
por las cosas quietas en un orden extraño
por el ruido que arranca la mirada
del verde en que vivía
avanza ligero en el misterio
de un vuelo que se propaga entre más sube

erigido por el ademán diverso
como una torre de luz y de ceniza
profundo hacia adentro de su propia blancura
absorbe toda huella      todo oro colérico
del seco mediodía que a él se inclina
atravesado por trozos azules y puntas de aves

perfecto en la curva en que se dobla
brotando de su propio cáliz
ardiendo largamente en su pureza
como un vitral altísimo
a contra luz mirado
pone en tierra una inmensa rosa de colores
borra la claridad para instaurar el reino
de aquello que se irradia si se toca


De: Los espacios azules


HOMERO ARIDJIS




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