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En perseguirme, mundo, qué interesa...

Quéjase de la suerte: insinúa su aversión a los vicios
y justifica su divertimiento a las Musas


¿En perseguirme, mundo, qué interesas?    
¿En qué te ofendo, cuando sólo intento  
poner bellezas en mi entendimiento    
y no mi entendimiento en las bellezas?  

Yo no estimo tesoros ni riquezas,  
y así, siempre me causa más contento  
poner riquezas en mi entendimiento  
que no mi entendimiento en las riquezas.  

Y no estimo hermosura que vencida  
es despojo civil de las edades    
ni riqueza me agrada fementida,    

teniendo por mejor en mis verdades  
consumir vanidades de la vida  
que consumir la vida en vanidades.


SOR JUANA INÉS DE LA CRUZ




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