Oscar Oliva | |
Al volante de un automóvil, por la carretera panamericana de Tuxtla Gutiérrez a la Ciudad de México | |
De Tuxtla a la ciudad de México hay más de mil kilómetros de distancia más de un millón de metros más de cien millones de centímetros, más las piedras, más los árboles, que no se pueden medir, ni contar, que he recorrido tantas veces, a tantos kilómetros por hora, con mucho calor... | |
Anteayer sin tino, hoy cantata de estrofa sanguínea; albardela de potros... | |
Está por anunciarse, está por surgir, está por preguntarse, está por llegar. Todos saben que va a suceder. Nadie sabe cómo ni cuándo. Está derrumbando las puertas, está pateando estas palabras, está en la mano y en el lápiz. Está dentro de esta página y tiene el rostro... | |
Cuando levanto una piedra arranco al mundo una mirada y lo hago más ligero de la muerte. Siento que me muevo hacia el sol. Algo se me queda de esa mirada. Y tras ella va la piedra... | |
Hoy me calzo de cólera. Hoy me visto de viento. Corro bajo una luz de bengala que alumbra mi presencia desconcertada con el grito colgado de los dientes, atravesado por una bayoneta. Trastabilleo hasta chocar... | |
He conocido parte de mi país/ me ha asombrado su devastación Me apoyo en uno de sus muros donde alguien ha escrito Unas cuantas palabras de guerra/ tal vez inocentes He tocado su raíz con los codos y la quijada Todo esto es absurdo e innecesario No sé nada, otra vez A mi edad... | |
Muévete, muévete, le digo a la mujer. Mueve el cadáver que lloro, que cargo, que entierro. Vacíame. Riégame. Mueve los días que han de modelarme en otro pez, que ya se presienten en mi olor. Mueve esta alegría sobre la que estoy acostado. Muévete. Tan sólo. (Yo me muevo en la mujer... | |
Nada se mueve en la ciudad. Dejo caer mi mano, y nada. Respiro hondo: sólo mi pecho en esta habitación se mueve como la leche en un vaso. Días y días levantando objetos, gritando, azotando puertas, escandalizando, y nada. Nada se mueve en la ciudad. La ciudad no da... | |
Por 1656 Diego Rodríguez de Silva y Velásquez se pinta en un lienzo frente a su caballete ejecutando los retratos de Felipe IV y de doña Mariana que se reflejan en el espejo del fondo Doña María Agustina Sarmiento, menina de la infanta doña Margarita, le ofrece en una... | |
Me he inclinado desde fuera a mirar este libro ya concluido. ¿Qué es lo que veo? ¿Qué es lo que he dado? Señales. Señales que me rodean, me muerden, me injurian. Estoy como Velázquez, fuera de la pintura, odiando. Y no me encuentro delante de las cosas sino... | |
Frente a la tumba del comandante Marco Antonio Yon Sosa, en Tuxtla Gutiérrez, escucho el crepúsculo resquebrajándose. Un conejo salta por entre los matorrales. ¿Cómo es su... | |
Frente a la tumba del comandante Marco Antonio Yon Sosa en Tuxtla Gutiérrez, escucho al crepúsculo resquebrajándose La tumba tiene el número 5582. Sus compañeros, Enrique Cahueque Juárez (tumba 5581) y Fidel Raxcacoj Ximutul (tumba 5584) yacen como él, destrozados. Los... | |
Cuando el mundo sabe a dónde va Tú y yo abrazados En el centro del cuarto Que es una nave quemada A punto de llegar al lirio De pie En el lugar donde hubo un bosque Una palabra Nos encontramos Anticipándonos a la gran carrera Donde nadie ha de avanzar un poco En tanta libertad... | |
Está en lo que comemos y bebemos, en los trabajos que nos dan de comer y beber, en los alimentos en los que no nos reconocemos y en la ineptitud con la que nos destrozamos las manos a la hora del hambre para poder tomar asiento y comenzar de nuevo con lo que está... | |
Musa en alcahaz toca a mitad de lo que fluye; pues la otra, enrarecida, va en efusión, si no divina, sí en exterior extendido, en vuelo. Hasta los codos, todavía hay poesía. Un paso más, y aleando... | |
Hablo con la quijada quebrada hablo con una mano entre dientes hablo con una cabeza sin quijada hablo con una voz sin cabellos. Hablo sin lengua, hablo sin ropa, hablo sin vegetación y sin garganta, hablo desde un cuerpo sin rodillas. Si pudiera hablar sin el cuerpo, lo haría, hablaría... | |
Cuando estoy dormido la ciudad encoge uñas, hasta el cielo cruje. Tanto es el estremecimiento que acontece que hasta en sueños veo que la ciudad no se ha movido de su lugar. Sólo cuando me despierto encuentro mi cuerpo de cabeza, mi cama en la cocina, mi casa en un monte. Sólo... | |
El comandante responsable soy yo. No se decretará el estado de sitio: México es un país donde la libertad impera y seguirá imperando. Conferencia de prensa del general Marcelino García Barragán, secretario de la Defensa Nacional, a unas horas de producirse la matanza en la Plaza... |
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