| Agua dormida |
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Agua dormida de aquel pilón: agua desierta; agua contagiada del conventual silencio de la huerta. Agua que no te evaporas, que no te viola la cántara, y que no cantas, y que no lloras. Tu oblongo cristal es como el vidrio de una cámara fotográfica que retrata un idéntico paisaje de silencio y de paz. ... |
| Antiguallas |
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Casas de mi lugar que tienden a desaparecer: raras casas que aún suelo yo encontrar. Es de ver la amplitud de los patios empedrados, el brocal con arcadas de ladrillo, los arriates adosados a los muros (altos muros patinados y sin brillo) y la parra que se afianza entre sus grietas, ... |
| Antiguallas |
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Casas de mi lugar que tienden a desaparecer; raras casas que aun suelo yo encontrar. Es de ver la multitud de los patios empedrados; el brocal con arcadas de ladrillo, los arriates adosados a los muros (altos muros patinados y sin brillo) y la parra que se afianza entre sus grietas, ... |
| Cuartetos |
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Aunque el uno es insomne, y el otro un somnolente, el gato y el grillo se parecen en que buscan del fogón la ceniza caliente. Ron, ron del gato; del grillo el cri, cri persistente; límpida noche en enero temblando en estrellas. Cruzado de brazos el gato medita; y el grillo parece que está ... |
| Despertar |
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Sueños de la mañana de la alcoba en la semioscuridad. Despertar indolente en que se siente la necesidad de continuar el diálogo interrumpido con la fantasmagoría nocturnal. Aquella semivigilia en que aún hay la indecisión de lo que en sueños vimos; aquella incapacidad de descifrar ... |
| Diálogo |
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Los mismos sitios y las mismas calles. Días como tirados a cordel , tan lisos y tan sin detalles. Cual el tic-tac de un reloj, isócrona la vida, y monótono el latir del corazón. El propio sol adormilado y yerto echado como un perro junto al huerto; las mismas puertas en los mismos quicios; ... |
| Diálogo |
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Los mismos sitios y las mismas calles. Días como tirados a cordel , tan lisos y tan sin detalles. Cual el tic-tac de un reloj isócrona la vida, y monótono el latir del corazón. El propio sol adormilado y yerto echado como un perro junto al huerto; las mismas puertas en los mismos quicios; ... |
| Inicial |
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Fue mi libro de texto un amor escolar; fue una muchacha triste, la que llegó a quererme tan hondamente que dejó al pasar por sobre de mi vida, todo su atardecer. Aún de la colegiala traía la manteleta azul de las internas, allá cuando en la escueta sala de dibujo, en la gran sala, ... |
| Íntegro |
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Tardes de beatitud en que hasta el libro se olvida porque el alma está diluida en un vaso de quietud. Tardes en que están dormidos todos los ruidos. Las tardes en que parece que están como anestesiadas todas las flores del huerto, y en que la sombra parece más sombría, ... |
| La casa de Doña Juana Nepomucena |
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El huerto umbroso, y aquel rosal que se alcanzaba, desde la sala de la casita a divisar. La viejecita que allí vivía; la viejecita que me contaba mientras bordaba, mientras tejía, vidas de santos, raros portentos, y tantos cuentos de encantamientos y brujería. Y las toronjas junto a las rosas: ... |
| La gotera |
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Llovió toda la noche. La llovizna final aún parpadea un húmedo rumor en la azotea; archivo de hojas que moviera el viento. La oscuridad del ámbito se duerme desvelada dentro del aposento. La lluvia ha hecho que se filtre el agua y se traspase el techo destilando metódica . ... |
| La nave de la China |
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La nave de la China que llegó a Acapulco le trajo a la noble Marquesa de Uluapa un cofre de laca color de vainilla; y ornado de alados dragones dorados y de extrañas flores, unos dos tibores. Pero a mi me trajo algo que es mejor: a mi me ha traído olvido de amor. ... |
| Los cuartos de hora |
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Dos gotas de cristal que rebotaran, y al rebotar sonaran con timbre desigual: tín... tán... tín... tán. Así suenan los cuartos de las horas del reloj parroquial. La noche es una lámina astronómica de mármol, donde van rebotando los cuartos de las horas: tín... tán... tín... tán... Pienso en la ausencia ... |
| Palabras sin sentido |
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Aunque la mañana está soleada, tiene algo de una celda abandonada. Habla la casa porque está callada; y en un encogimiento del espíritu, se me forma algo intrínseco... ...por nada. Palabras sin sentido; ecos de quién sabe qué ruido se repiten las cámaras desiertas ... |
| Panoramas |
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Panoramas de la mañana que alcanzo desde mi ventana. Sillares y molduras de la iglesia que se detallan por lo tan cercana. Mañana ventosa que en el arbolado de la plazuela combina en los ramajes muecas y caras, risas y cabeceos, cual si fueran los de un corro de vecinos en chismorreos. ... |
| Perfumes de Haba Tonka |
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La tabaquera de mi tío Jacinto: de aquel mi tío abuelo a quien yo conocí de rapazuelo... Tabaquera que encontrarme suelo junto al estuche de peluche y broche que enmarca una belleza de mujer, en el azogue viejo de un primitivo Daguer grabado sobre un espejo. Tabaquera de negra goma ... |
| Procesional |
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Aquella Hermana de la Caridad: aquella Sor Asunción, que bajo la toca lleva una boca de forma de corazón. Corazón que es dilución de una escala cromática: (el color del labio superior es sonrosado, y rojo ultrasanguíneo el inferior). Aquella monja que se parece a una artista de cine, ... |
| Romanticismos |
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Viejas cajitas de música, viejas cajitas de laca, cuya tapa en rectángulo decora la quietud de una pérgola, o la prez de los cármenes de Aranjuez: Cajas de música de las que ya no vienen ahora. Todo un mecanismo demodado: un peine de acero, un cilindro que gira, y sobre la mecánica ... |
| Rumores |
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El nocturno abecedario que nos habla en su dialecto del insecto que en las noches y en insomnios acompasa sus rumores en sordina con la ruina de la casa. La puntual destiladera conque ritmos de clepsidra nos hidrata la emoción con la nota de la gota que al caer sobre del agua ... |
| Siestas dogmáticas |
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Apagado y rescoldo aroma del profuso jazmín del corredor; siesta cálida en que es pálida la emanación de la flor. Llave del agua que tintinea su gota pertinaz; grifo de cobre, donde a beber la gota de agua disfrazada de monjita se aproxima la torcaz. Siestas dogmáticas de canónigo en el coro; ... |
| Soldaditos de cristal |
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Lluvia del aguacero, lluvia de agujas de acero, lluvia llena de olores y de ruidos que me mueves el alma y los sentidos. Qué lejana visión en ti se afina: Cuando eras citadina... Cuando eras pueblerina... Cuando eras campesina... La urbe episcopal, vieja y lontana... mi pueblo... ... |
| Suenan las III |
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La grande habitación que el grande espejo agranda más. Sobre la antigua consola, el viejo reloj de bronce bajo el fanal de cristal; y penumbras y friolencias en que la poquedad de mi lámpara, no basta a evaporar el frío de mi soledad. Escenas y efemérides vacías; ... |
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