Nada más se puede pedir
de un beso que llenó dos vidas.
Bien sabemos
que solo el universo es eterno,
y más cuando nuestro sentir
vive al compás de un estruendo.
El camino tiene dos vías
uno es el mar, el otro, el desierto.
Y alguno debemos elejir.
En tu jardín de ensueños,
tu beso curó mi llaga,
y si un día vamos
en dirección opuesta,
no recordare la herida,
recordare aquel eterno beso,
el que me devolvió la vida.
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