La noche es un ungüento frío
en la espalda del amante.
Proclamo ante ti, quebrado espejo
con gusto a menta rancia en la boca:
Vos/yo, mujer perfil luciérnaga
exploradora de dunas y gozos
de transparencias en el rigor del silencio
oculta en esta guarida de hierro
entre el sudor de la luna
lasciva, voluptuosa
que hoy, aquí y ahora, serás sólo olvido
y clausurarás tu entrepierna ebria de soles
descendiendo hasta el escalón último de los recuerdos.
Hemos de esperar como animal herido
el beso descalzo de la muerte.
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