Sobre una cuestión; yo le preguntaba
a alguna persona paciente que por mi calle pasaba,
pero mi pregunta no obtenía respuesta;
hasta que de pronto se abrió una gran puerta,
y por ella salió la sencilla razón
la cual me preguntó: -¿Qué es lo que buscas con tanto tesón?
Y yo le respondí: -Como he tenido una discusión
quería saber si tengo o no tengo la razón.
-Si a la gente y a mí –respuesta de la razón– nos haces esa pregunta,
es porque hay alguna duda en tu convicción;
por lo tanto en esa obstinada disputa
no puedes tener la razón.
|