...Cuando tengas que irte.
ven, en silencio como gotas de lluvia en la madrugada
remojando los cristales que te observan tras la ventana
deja que absorba la humedad que te moja
con los càlidos y solìcitos besos que te dejo en mi almohada
deja que mis manos que esperan tus andanzas
por ùltima vez, deshojen las flores del jardìn
que nacieron en tu piel
con la tersura de niña, y que se quedaron en la mujer
esperando el nacimiento sublime de tu alborada.
Mira que en mi soledades que se recrean con tu presencia
nada hay que perturbe la bùsqueda que se aloja
en el profundo silencio de la noche y sus misterios
en la que el tiempo detiene con misericordia la existencia
lo sabes tu, con el conocimiento que te permite la gloria
que una vez que la vida nos coloca en esta espera
nada hay que borre una vez escrita nuestra historia,
ni los años , ni la ausencia, podràn impedir que te quiera.
Cuando te alejes, y ya derrotado , sin el ansiado rumbo
el corazòn, solitario y perdido, entre la lluvia del alma
ahogare tu recuerdo confundido entre mis lagrimas
para dejarte navegar sumida y eterna en las arterias
que desembocan en el mar, inmenso y oscuro
de este corazòn que te ama.
Tal vez me permitas que te adore, como Niña o como reyna
y que mis manos unidas en el rezo sagrado ante tus plantas
y con la flores que sembraste con ternura en este jardìn que llena
de aromas e inciensos la locura de mis noches que te llaman
habrè de pedir por ti, porque no te vayas, aunque nunca hayas venido
Eso ya no habrà de importar, asi estaba escrito
en mi soledad te uniste silenciosa y en mi soledad te quedas conmigo.
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