... Rumiar
en el pasto de las decepciones
es mejor no hacerse muchas ilusiones.
¿para que pensar en un futuro
que puede que no llegue,
sin disfrutar mientras se vive?
es mejor agradecer lo bueno que nos viene
en vez de añorar lo que no se tiene.
Envidiar lo ajeno,
y que el otro nos envidie.
Pero como esto ya parece
un sermón paternalista,
me quedo con el: “Por hoy aquí estoy”
¿mañana? ¡sabe Dios!
D 10-11-2003
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