Lo celestial lo creo simplemente,
porque mi fe se nutre de las bases,
de ese saber divino al que me aferro,
y que me marca las notas y compases.
Pero en la tierra preciso contundencia,
en cada prueba que el tiempo me presenta,
para librarme de engaños que aparecen,
y me complican los saldos de las cuentas.
Antes de dar un fallo simplemente,
debo ser claro, sencillo y cuidadoso,
y analizar cada detalle conocido,
para abstenerme si hay algo de dudoso.
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