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Mi laberinto

El cielo es inmenso
sobre las torres disparejas
que coronan esta colina
en la Isla de Francia

Las gárgolas negras
y las golondrinas hacen su nido
sin hacer distinciones
entre santos, vírgenes y pecadores

Y lo que por dentro es noche ornada
de monstruos y vitrales
joyas de la mente, iluminaciones
por fuera es un bloque macizo de piedra

Fortaleza, libro abierto
al día ensimismado
más abundante que las palomas
y más ligero que un gorrión

                    *

Entro, sigo el hilo de oro
de mi propio laberinto
y llego al centro

Me enjugo las lágrimas
con el manto de la Virgen

Pido por mis hijos:
que amen, vivan
envejezcan, lloren
y al final comprendan

Y que ya viejos
traigan a sus nietos
de la mano a recorrer
el laberinto de Chartres

Cuando tú y yo ya no seamos
más que un puñado de polvo
disperso en el agua, en el viento
una imagen de un sueño

Pero recuerda:
una vez estuve aquí
contigo
y estaré contigo siempre

                    *

Y cuando llegue
la hora de la hora
no tengas miedo

Toma un poco
de polvo dorado
entre tus dedos

Y siéntelo: soy yo
sólo que con otro nombre
(ahora me llamo polvo)

                    *

No temas
si hoy tengo
otra forma

Déjame seguir
el curso del río
de las cosas

De la vida
de la muerte
del espacio
del tiempo

Déjame ser
al fin el río
el manantial
y el mar

                                                       Chartres
                                                julio del 2000


ALBERTO BLANCO




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