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La ola de los días

Una parvada de pájaros encendidos
cruza y oscurece el aire.
La ola de mis días agitada,
y mordida por una espuma ciega,
solitaria
se ahoga en un grito
que sube desde las zonas profundas
y me empuja a atravesar desiertos, valles
que sólo cruza la muerte.
Antes que los copos de nieve
congelen mi garganta,
de que la línea roja que circunda mis ojos
se diluya,
algo mueve mis direcciones
hacia este mar,
hacia este extraño banco de luz en el misterio.


De: Antología nueva


ENRIQUETA OCHOA




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