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De cómo Robert Schumann fue vencido por los demonios (XIII)

La niña Clara camina por la playa
en el límite justo de las olas.
El color de su piel toca la espuma.
El caracol aprende sus palabras.

La niña Clara camina por el bosque
con agujas de pino entre los labios.
Pasa un azul de plumas invisibles.
Una pared de hiedra se levanta.

La niña Clara camina por la nieve
con los ojos cerrados y las manos abiertas.
En sus dedos hay flores de Turingia.
En sus ojos tigres de Bengala.



Selección: Eduardo Milán y Ernesto Lumbreras


FRANCISCO HERNÁNDEZ




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