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Verano

Tarde caliginosa. Se desploma
del barómetro lúbrico la escala.
Un calor enervante es la antesala
de la recia tormenta que se asoma.

La lumbre de la tarde es un aroma
que huele a madurez. La bestia mala
de instintos subterráneos hace gala
y lentamente mata a una paloma.

Está inmóvil el aire. Perezosos,
queriendo recordar los años mozos
se nos desnudan todos los deseos.

¡Estamos del Verano poseídos!
Ya llega la tormenta. En estallidos,
los relámpagos fingen aleteos.



De: Cementerio de pájaros


GRISELDA ÁLVAREZ PONCE DE LEÓN




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