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Oreja

No sé por qué veredas de dulzura
el aire va corriendo hacia tu encuentro;
hay algo en la mañana que por dentro
un rio de sonidos te murmura.

Parecería un himno de ternura
que en tu profundidad hallara centro
o que buscando protección, adentro
las palabras encuentran atadura.

Laberinto sutil donde el "te amo"
es un dardo de luz que se te clava.
Caracol que prolonga mi reclamo.

Si en ti por el amor la voz se agrava,
yo no sé si me llamas o te llamo
y mi canto inaudible te socava.



De: Anatomía superficial


GRISELDA ÁLVAREZ PONCE DE LEÓN




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