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Diálogo del movimiento

Muévete, muévete,
le digo a la mujer.

Mueve el cadáver que lloro,
que cargo,
que entierro.

Vacíame.
Riégame.

Mueve los días que han de modelarme en otro pez,
que ya se presienten en mi olor.
Mueve esta alegría sobre la que estoy acostado.

Muévete.
Tan sólo.

(Yo me muevo en la mujer como
entre las imágenes de un poema.)



De: Trabajo ilegal


OSCAR OLIVA




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