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Palabras al amigo solitario

a Tomás Mojarro


He aquí que estás y vives y nada es suficiente.
Un algo insoportable te domina
y la ciudad no cabe ya en tus manos.
Se te sube a la espalda,
regresa a tus zapatos.
Y piensas en el hijo que no tienes,
en la mujer amada que le falta a tu noche cada día.

Aquí estás, dividido,
doliéndote esa inconforme sangre que tú eres,
los huesos que tú eres sin desearlo
el salmo de un amor que no pediste,
la despiadada furia que aniquila tus buenas intenciones.

Aquí estás y aquí buscas
a uno más solitario que tú para entregarle
esa mitad de amor que te has guardado,
esa mitad de llanto que no lloras
y esa mitad de muerte que tú vives.



De: Colibrí 50 (1963-1964)


THELMA NAVA




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