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De la mano del viento

La luna vieja reflejada sobre el pozo,
yendo a pasear de la mano entre los árboles.
De la mano del viento en las plegarias,
entre el negro horizonte de los cardos.
La luna yendo a hallar, a interrogar,
a quedarse de codos en la sombra
esperando su muerte
y atribulada por lo que ya no existe.
Dispuesta a orar por el momento ido,
por las horas gastadas en la sombra...
por ella misma, yendo sin marcharse nunca.
Sin desunirse de su voz de viento.
Segura de su inmersión en el olvido.



De: Después del sueño


CARMEN ALARDÍN




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