Pidiendo unos versos a un caballero que se excusaba
de hacerlos, diciendo que no sabía
Mis quejas pretendo dar
en estilo tosco y llano,
que el hablar muy cortesano
no es término de cobrar.
Y es bien que el ardid deshaga
de quien, con tanta malicia,
me concede la justicia
para negarme la paga.
Pues con intención doblada,
sólo por hacerme mal,
con tan notorio caudal,
me dice que tiene nada.
Que la mitad me ha entregado,
dice con malicia y arte;
que no tengo ni aún la parte,
pues no me dan el traslado.
Y a tanta malicia llega
malicia tan conocida,
que me niega la partida
y la venida me niega.
¡Oh cuánta justicia fuera,
si se viera a buena luz,
si antes le daba la Cruz,
que ahora se la pusiera!
Mas porque de mi no infiera,
que a negar también me atrevo,
ahí va el Romance que debo,
y doylo aunque no debiera.
Que es fácil de discurrir,
cuando lo llego a entregar,
pues no me queda que dar,
que me queda de pedir.
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